Elecciones: arrampla, que da votos

Los datos de la última encuesta del CIS, como ya se ha analizado por los medios de comunicación y por diversos blogs, han mostrado la tendencia al alza del PP, la bajada del PSOE y la subida contenida de Izquierda Unida.

De cualquier forma, la diferencia entre PP y PSOE, en esta encuesta de elecciones municipales y autonómicas, no es tan grande como la que señalan las encuestas generales, donde la distancia es de más de diez puntos.

Hay cuestiones ya comentadas, como la posibilidad de perder Castilla La Mancha o la de tener que contar con IU en Extremadura si quiere mantenerse en el poder.

Lo que desde luego es algo verdaderamente chocante, pero real como la vida misma, es que en las comunidades donde ha habido corrupción declarada y donde se han colocado imputados en las listas de candidatos, son donde más sube el PP.

Ahí está la Comunidad del País Valenciano, donde con Camps a la cabeza, el símbolo de la corrupción al más alto nivel, el PP gana seis diputados y el PSOE pierde cinco, ampliando la diferencia entre ambos de dieciséis a veintisiete diputados. Que no está mal.

La otra comunidad con escándalos mayores ha sido Madrid --donde el PP tuvo que descabalgar a diputados, a alcaldes y concejales, al margen del caso de espionaje, y donde en las nuevas listas figuran unos cuantos imputados—, y aquí la diferencia ha pasado de las elecciones de 2007 a lo que da la encuesta, de 25 a 34 diputados. Aunque Izquierda Unida sube de 11 a 13, la mayoría absoluta del PP es alarmante.

En fin, como puede observarse, los sitios tocados por la corrupción del PP son donde más sube y se amplía su diferencia. Ergo, los votantes del PP no castigan la corrupción. Es más, se une más gente al olor de la sardina.

Un país donde ocurre esto es un país enfermo. El PP puede ganar, pero hacerlo fundamentalmente donde se han dado o se están dando casos de corrupción es una anomalía que no responde a una normalidad democrática. Y hace pensar en que esa corrupción ha dado una notoriedad a los imputados que por arte de birlibirloque se convierte en votos. Ver para creer.

El ejemplo que da esta situación es tremendo, y se puede resumir en: A rapiñar, que da votos.

Salud y República