Galicia seguirá gobernada por Núñez Feijoo, lo que supone un alivio para Rajoy, que podrá respirar tranquilo, aunque sus resultados en Euskadi no hayan sido buenos. La mayoría de los gallegos sigue confiando en el PP, a pesar de los pesares.
Mientras, el PSOE fracasa rotundamente tanto en Euskadi como en Galicia. En el caso de Euskadi pierde 9 diputados, quedando como la tercera fuerza y muy lejos de los resultados obtenidos en las elecciones anteriores, donde la ausencia forzada de la izquierda batasuna y la alianza contra natura con el PP, le permitió presidir–de forma ilegítima, en mi opinión-- el País Vasco.
Hoy, las elecciones han vuelto a reflejar la realidad social del País Vasco, y han dejado al PSE, a pesar de tener la lehendakaritza, en su sitio. Se ha demostrado que el mandato de Patxi López ha sido un espejismo y que su lugar no está en la cúspide, sino en un lugar más apartado. Sólo una situación especial y un pacto impropio le llevo a presidir Euskadi.
Rajoy salva los muebles con nota, gracias a Núñez Feijoo, mientras que Rubalcaba se hunde con López y Vázquez, con Pachi y Patxi, sin remisión. La responsabilidad es compartida y si hay algo claro es que Rubalcaba no ha sido capaz de enderezar el barco del PSOE. Al revés, se sigue hundiendo.
Sin duda, Rubalcaba es un freno para el PSOE, desde que sustituyó a Zapatero no sólo no ha recuperado algo de lo perdido, sino que además está en caída libre y su partido sigue deshaciéndose como un azucarillo.
El PSOE está empezando a parecerse al PASOK griego, hoy cuarta fuerza política griega (la primera hace tres años). Rubalcaba debe dimitir si de verdad pretende lo mejor para su partido. Su tiempo ya ha pasado. No tiene credibilidad. Se ha demostrado que fue un error mantener a un vicepresidente del gobierno socialista precedente, corresponsable de los primeros recortes, como líder del partido.
De la izquierda verdadera también hay que hablar. En Euskadi, una división entre EB-B y EA (IU) ha hecho que ninguna de las dos formaciones obtenga escaño en el parlamento vasco. Está claro que no aprendemos, la gran mayoría de los votos de izquierda se los ha llevado EH-Bildu, la formación abertzale que ha obtenido unos resultados brillantes.
En Galicia, la división del bloque ha propiciado que muchos votos se hayan ido a la abstención. Sólo ha salvado los muebles, con un notable, la coalición AGE-IU que bajo la batuta de Beiras ha conseguido entrar con fuerza (9 diputados, la tercera fuerza) en el parlamento gallego.
Poco nuevo bajo el sol. El PP y Rajoy respiran, Feijoo se ha colocado como el primer delfín para suceder a Rajoy. Y el PSOE debería renovarse de verdad si pretende seguir siendo alternancia al Partido Popular.
Debemos tener en cuenta también, que hoy, en Euskadi, el nacionalismo soberanista está representado por el 60% de los vascos. Cataluña no está sola. Estos resultados confirman que el modelo territorial está agotado y que las costuras del traje se están abriendo, cada día más.
Por cierto, aquí parece que ninguno de los líderes de los perdedores ha anunciado su dimisión, salvo Mikel Arana, el cabeza de lista de EA (IU). Sigue costando mucho despegarse del sillón, veremos si Rubalcaba aguanta o se aferra al poder, aunque sea a costa de su partido.
Salud y República