La campaña será dura y Rajoy no tiene, ni mucho menos, asegurada la victoria; una necesaria amplia mayoría, le resultará todavía más difícil. Pero, como se lee en ciertos medios, tampoco será necesario que se esfuerce mucho estos días, especialmente si Alfredo sigue en la línea de hacer propaganda al partido Popular a base de remover los esqueletos que guarda poco celosamente, dentro de su armario. Mejorar el paro quien fue ministro durante años de la actual administración, es tan hipócrita como el video del muchacho trasnochado y decimonónico, tan alejado de la sociedad actual, incluso de sus clases más elevadas. La viñeta de Montoro está bien porque demuestra que no solo hay que remover las fosas de los paseados durante la fatídica Guerra Civil. Zapatero se dedicó a desenterrar más rencores que cadáveres, sin apenas pagar precio político por ello, y aunque defendimos desde este espacio que Rubalcaba no se merecía esta herencia, la realidad es que alguien debe pagar los platos rotos, y no puedo desde aquí, menos que desear un cambio de gobierno que nos ayude a superar la crisis económica. Alfredo midió bien los tiempos con ETA, pero perdió la dignidad política por el anuncio del alto el fuego, algo que saben más españoles de la cuenta. Las víctimas piden justicia, no venganza, y los asesinos esperan un que un imposible desde el punto de vista legal, pueda alcanzarse por la vertiente política que nunca se puede dar al mal llamado conflicto vasco. A todo esto, cinco millones de parados es el resultado de la administración llevada a cabo por el partido del candidato. La “hurgatoria” que decía el Sr. Mota a finales del pasado año, no recuperará la maltrecha situación económica ni podrá maquear las cifras del paro. Pe punto tiene un porvenir difícil y lo sabe, pero puede hacer mucho daño a su rival político, dejando un país con un gobierno en minoría llamado a adelantar nuevamente elecciones más pronto que tarde. Ojalá lo valoremos todos nosotros a la hora de depositar el voto en la urna.