Revista Economía

Electricidad, inflación…y ahora Argelia

Publicado el 02 abril 2022 por Jordi Mulé @jordimule

Electricidad, inflación…y ahora Argelia

Los momentos actuales demandan carismas, liderazgos solventes pero, sobre todo, decisiones tomadas teniendo en cuenta sus posibles repercusiones. Veamos una breve reflexión personal al respecto.

Vivimos momentos difíciles, a finales de 2021 empezamos a notar la subida del coste de la electricidad, subida que se ha acentuado en los últimos tiempos y a la cual se ha sumado la consecuente inflación de precios. De todos es sabido que Europa es deficitaria en el sector energético y que, por lo tanto, debe importar los recursos necesarios, de los cuales carece, para satisfacer sus demandas energéticas; en el caso de la electricidad, la dependencia del gas que llega de otras zonas para producir electricidad es dramática, y nuestro país no es una excepción.

Si digo dramática es porque, sobre todo en el caso de Alemania, tal dependencia del gas es altísima, Alemania y varios países europeos dependen mayoritariamente del gas que importan desde Rusia para producir la electricidad que consumen y todo ello en un contexto en el que la Unión Europea decidió recientemente una paulatina descarbonización y desnuclerización de su economía con un horizonte temporal relativamente cercano; en pocas palabras, salvando las lógicas diferencias entre los diferentes países de la Unión Europea, se decidió eliminar a medio plazo fuentes generadoras de electricidad hasta ahora vigentes como el carbón o el átomo en pro de las energías renovables, una decisión creo que moralmente totalmente acertada pero que ha provocado una excesiva dependencia del gas para generar la electricidad de respaldo necesaria en el caso de que las energías renovables no lleguen a cubrir el cupo de la demanda, cosa que sucede constantemente, ya que no siempre hace viento para generar electricidad y, como es sabido, de noche la generación fotovoltaica es cero; por ello, mientras no se invente un sistema eficiente de almacenaje de electricidad para suplir los momentos en los que la generación eléctrica debido a las renovables decaiga, se continuará dependiendo del Ciclo Combinado del gas para producir electricidad.

Y claro, tomar tal decisión, que repito, considero moralmente intachable, debería haber tenido en cuenta todas las alternativas y consecuencias de la mismas, ya que se fiaba la tranquilidad y seguridad de este proceso de cambio gradual a la dependencia del gas que se importe de otras zonas y se daba por supuesto que los proveedores de este gas iban a ser fiables, craso error. El problema es que quizá no se tuvo en cuenta el efecto de mostrar una debilidad y dependencia tal a nivel energético en el orden geopolítico, ya que mostrar debilidades en un mundo en que hay potencias que se disputan la hegemonía mundial y otras que desearía recuperar su prestigio mundial, es peligroso. Posiblemente algunos políticos de Bruselas pensaban lo mismo que el politólogo Fukuyama pensaba en los noventa, que había llegado "el fin de la Historia" cuando el Bloque del Este desapareció; desgraciadamente, se equivocaban, quien tiene la llave del gas tiene hoy el poder de influir en las economías de potencias económicas de primer orden como Alemania, y eso es algo demasiado grande como para no caer en la tentación de usarlo, ya se empezó a notar una cierta escasez de energía a finales de 2021 y los precios de la electricidad empezaron a subir, Rusia negó entonces que estuviera limitando el envío de gas pero quién sabe, y ahora sólo faltaba la Guerra de Ucrania para que Rusia use su arma energética de manera desacomplejada y aboque a parte de Europa a una crisis energética galopante.

Y, volviendo a Alemania, el caso podría ser dramático, no sólo este importante país ya casi no cuenta con centrales nucleares, desmanteladas en pro de la energía limpia (vuelvo a repetir, objetivo loable, pero precipitado), sino que depende casi totalmente del gas ruso y, además, no cuenta con Centrales Regasificadoras para poder importar este gas por vía marítima desde otras zonas, vía barcos metaneros que transporten gas licuado. En el caso de España, por suerte casi no se depende del gas ruso para producir la electricidad de respaldo y, además, se dispone de varias Centrales Regasificadoras para poder importar gas licuado y poderlo suministrar a la red propia y a Europa vía gasoductos; en pocas palabras, la debilidad europea se torna en fortaleza en el caso español, y este hecho no ha pasado desapercibido para las autoridades europeas, ya que hace poco vino la presidenta de la Comisión europea a nuestro país y elogió el papel que España puede jugar a partir de ahora, por ello, en teoría y mientras no se construyan otras infraestructuras similares en otras partes, el futuro se presentaba prometedor, y el papel de España en esta reordenación energética podría ser clave, repercutiendo muy positivamente en la economía nacional, que soporta un grave déficit público.

Pero, sorpresa, hace pocos días se decidió reconocer la soberanía marroquí sobre el Sáhara; este hecho no dejaría de ser un tema menor en otro contexto, pero en el contexto actual puede complicar y mucho la vida a la economía nacional. Antes decía que, por suerte, España no dependía demasiado del gas ruso y que gracias a su buena infraestructura gasística podría recibir gas licuado por vía marítima y transportar gas por su territorio hacia Europa y todo ello es cierto, pero el hecho de no depender del gas ruso no indica que aquí haya reservas de gas, sino simplemente que se importa esta materia prima desde otro país, y se da la "casualidad" de que en el caso de nuestro país este país es Argelia, enemigo tradicional de Marruecos y principal valedor del Sáhara y del frente Polisario. En pocas palabras, en un momento de reordenación del mapa energético europeo y de crisis energética en ciernes, se toma la decisión de reconocer la soberanía marroquí del Sáhara justo en el momento en que las importaciones de gas desde Argelia se iban a poner en valor, seguramente me deje muchas cosas, pero no entiendo nada.

No entiendo que se enfurezca a nuestro principal proveedor de gas justo en este momento, de hecho, Argelia ya ha anunciado que va a mantener el precio de su gas a todos los países menos a España, por lo que parece que este país africano ya se ha dado cuenta de que la fortaleza española frente a Europa en términos de gas es una debilidad frente a Argelia. Si se nos encarece el gas, se nos encarecerá más la electricidad, y los precios de todo subirán, la inflación va servida. ¿Realmente hacía falta contentar a Marruecos justo ahora, en el escenario actual?, ¿realmente se toman las decisiones pensando en las consecuencias de las mismas? Volvamos a Alemania, recientemente ha anunciado que va a volver temporalmente a generar electricidad mediante centrales nucleares, prueba de que las decisiones políticas moralmente correctas y loables, como el objetivo de descarbonificación antes aludido, no siempre son las más convenientes; el mundo es imperfecto, las buenas causas a veces tienen malas consecuencias, vivimos en un mundo donde se compite sin ambages, una lástima, pero es así.

Tortosa, 2-4-2022 Economista C.E.C. núm 13147.
Electricidad, inflación…y ahora Argelia

Llicenciat en ADE i en ITM i diplomat en Ciències Empresarials. Treballo en el sector financer des de 1989. He obert aquesta finestra per compartir amb vosaltres opinions i temes d'interés, sempre de manera constructiva; espero us agradi. Licenciado en ADE y en ITM y diplomado en Ciencias Empresariales. Trabajo en el sector financiero desde 1989. He abierto esta ventana para compartir con vosotros opiniones y temas de interés, siempre de manera constructiva; espero os guste.


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