El sistema de Receta Electrónica con el que nos hemos iniciado en los últimos meses no pudo evitar el arrancar con problemas, a pesar de que la nuestra ha sido una de las Comunidades Autónomas en las que se implantó más tarde, tras la experiencia acumulada de varios años en otras regiones.
Es raro el día en que no viene algún, más bien algunos enfermos que tienen problemas para recoger su medicación en la farmacia, a los que a menudo tenemos que hacer recetas a mano, en el más puro estilo "Cuéntame como pasó". Parece curioso, pero desde que tenemos la "Receta Electrónica" estoy volviendo a hacer más prescripciones a mano de las que hice nunca estos los últimos años...
En estos días, para colmo de problemas y hasta que lo arreglen, no parece funcionar correcta ni adecuadamente el apartado de "recetas a demanda" con el que pretendíamos ajustarnos a la realidad de esos muchos, muchísimos pacientes que no han de tomar una medicación pautada, sino ajustada a la intensidad y frecuencia de sus molestias...
No parece el mejor, ni el más avanzado de los métodos, aquél que no tiene en cuenta estas posibilidades u otras, que construyen nuestra cotidianidad... Un sistema que no dota al farmacéutico de la posibilidad de corregir puntualmente estos pequeños desvíos de la toma cartesiana acaba siendo inútil a la hora de ahorrar tiempo a pacientes y médicos, que es de lo que se trata.
