"Lo bueno se acaba y lo malo también, de eso habla el disco", comentó Shuarma recientemente en una entrevista a propósito del lanzamiento de Trozos de papel/Cosas raras, el último álbum de Elefantes. Quizás por eso ahora, después de tanto malo —llámalo pandemia, llámalo "x"—, resulte tan importante el hecho de poder contar con un artista como él al frente de semejante banda. Las canciones de los barceloneses siempre están ahí —y ya van 27 años—, tanto en los momentos más difíciles a modo de tabla de salvación, como en aquellos que nos hacen querer apurar cada segundo.
Precisamente por lo apuntado en el párrafo anterior, y pese a que la apertura de puertas y el inicio del concierto se retrasaron, tampoco me extrañó encontrar semejante cola a las puertas de Lula Club en plena Gran Vía de Madrid el pasado 19 de noviembre. Sala completamente llena, y en teoría su capacidad es de 1200 personas, ojo —aunque no me dio la sensación de que allí se pudiera reunir tal muchedumbre—, para disfrutar del regreso de Elefantes a la ciudad y la presentación de Trozos de papel/Cosas raras en directo en el marco del ciclo 'Jaguar' de Intromúsica. Presentación del disco y de Álex Vivero, quien se encarga de la guitarra tras la marcha de Hugo Toscano.
De manera que a las 21:15 horas tenemos sobre el pequeño escenario presidido por un espejo que recrea la portada de Trozos de papel/Cosas raras a los citados Shuarma y Álex flanqueados por Jordi Ramiro (batería) y Julio Cascán (bajo). Como costó abrirse camino hasta el palco se me escaparon las dos primeras canciones, pero la tercera se convirtió en el primer momentazo de la noche sin ninguna duda: Tú ya lo sabes. El público repitió esas cuatro palabras unas cuantas veces para demostrar que venía con los deberes hechos y las nuevas letras ya empezaban a calar.
"Llevamos ya casi 30 años en los escenarios y venir a presentar un disco post pandemia y que hayáis llenado la sala, significa mucho para nosotros (...) por ello os vamos a dar música con toda nuestra alma", primer 'speech' de Shuarma. Entonces la banda hizo sonar Deja el aire correr, otro de sus últimos temas, con unos buenos riffs de Álex —a sus anchas, cualquiera diría que es el novato— y teclas de Shuarma —en todas partes haciendo de todo, en su línea— y el personal que abarrotaba Lula Club respondió entonando el cumpleaños feliz a Julio —48 añazos, lo dijo Shuarma, repito, en todo estaba—
Cada vez hizo que todo el mundo volviera a cantar al unísono, con mejor o peor afinación —y eso que se trata de una canción de 2018, de aquel disco La primera luz del día—, y a continuación Que todo el mundo sepa que te quiero fue lo que salió de cada garganta. "Cuando una canción consigue llegar a la gente, ese es el éxito de la música popular. Si nos ha pasado con alguna canción, es esta; si os la sabéis y os apetece, cantadla", anunció Shuarma a eso de las 22:45y, claro, pasó lo que tenía que pasar, otro momentazo al son de Que yo no lo sabía, el clásico de Elefantes que en 2023 cumplirá 20 años.
"Hace muchos años que colaboramos con Oxfam Intermón y nos acompañan en esta gira. Si os apetece, ahí les tenéis, os atenderán seguro. Ahora vamos a regresar al nuevo disco", y una tras otra sonaron El silencio —que no despertó mayor entusiasmo hasta que se hizo el flamenco— y Alunizaje —temazo, ¿habrá llegado al setlist para quedarse?—. Esa última canción de Trozos de papel/Cosas raras fundió con Duele y todo el mundo volvió a corear.
"Lo que no queremos es estar llamando a invitados para cada concierto, por lo cual hemos decidido hacer algo en esta gira, vamos a hacer un concierto que se va a llamar 'Elefantes y amigos', va a ser muy especial, en un festival este verano en Aranda de Duero, y esta canción por supuesto la cantaremos allí", hoy por hoy está difícil que Bunbury cante Duele con ellos en Burgos, pero seguro que, cuando llegue la hora de entonar Al olvido, sobre el escenario podrán contarconalguno de los nombres que colaboraron en esta canción en su último disco: Rozalén, Mikel Izal, Noni (Lori Meyers), Coque Malla y Ara Malikian. Por cierto, a las 22:30 la hora que llegó fue la de la despedida: "Nos vamos a despedir de todos vosotros. Llevamos casi 30 años persiguiendo lo mismo, siempre ha habido un latir intacto en nosotros, perseguir un sueño".
Texto: Alberto C. Molina