
En este caso, eran tres artistas muy interesantes con un show de calado más urbano y callejero que se subieron al Wharf 73.


Era el momento de Raúl J. Sanchez y de Andrea Lucía en el escenario, pasaron a ser trío en algunos momentos. La propuesta era multi instrumentista y fueron alternando canciones propias con versiones y adaptaciones, todo en una propuesta donde aparecieron guitarras, violes, ukeleles, pianos y bajos. Dos voces principales con suma delicadeza en las foras pero con alma propia y con esa buena predisposición a conquistar a los que se quedaron a escucharles (que no fueron pocos) y es que se notó el cariño y el amor por las canciones y la puesta en escena.
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