11 feb. 2016
De que nada (o casi nada) en la vida responde a lo que prejuzgamos o presuponemos podría ser un buen ejemplo la casa que hoy quiero compartir con todos vosotros. Está en Estocolmo, en un edicificio del siglo XIX, y en ella vive Sofia Wallenstam, una de las dos hermanas propietarias de la firma de moda sueca Dagmar.
Y decía que los juicios apriorísticos no nos sirven en este caso porque, la mayoría de nosotros, cuando pensamos en una vivienda sueca, inmediatamente imaginamos revestimientos blancos (incluso el suelo), muebles de líneas muy sencillas, en general en tonos claros..., vamos los tópicos típicos del estilo nórdico.
Sin embargo, esta casa perfectamente podría estar en NY o en París, con sus sofás y sillones en tono caramelo, la mesa de centro y la vitrina art-decó, el cabecero de la cama tapizado en terciopelo oscuro, los preciosos suelos de madera en espiga, la magnífica y cuidada colección de fotografía sobre las paredes, presenta un estilo elegante y depurado a la vez que funcional (ahí sí es visible el toque escandinavo).
Me encanta el salón. ¡Me lo pido! ¿Y a vosotros?
Procedencia de las imágenes: Residence Magazine