Elegía sui generis

Elegía sui generis

12 septiembre 2013 por cuinpar

“Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma tan temprano.”

(Asusta ver cómo a La Vida le importa un carajo nuestra vida. Los semáforos siguen tardando lo mismo, el tranvía, igual de asertivo en las dos ciudades, lo tomas o lo dejas. Amanece y hace frío, y después llegará el calor o quizás un tsunami que nos sepulte a todos. Y en todo esto nadie te pregunta)

“…Tanto dolor se agrupa en mi costado,
que por doler, me duele hasta el aliento.

Un manotazo duro, un golpe helado, 
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.”

(Su empeño, totalmente conmovedor, nos hizo pensar que no rendirse jamás era otra forma de ganar las batallas, y así ganar la guerra)

“Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano está rodando por el suelo.”

(Era inevitable que después de todo el vino alguien fuera a buscar una guitarra a la habitación de arriba; el alcohol nos pone a todos más melancólicos. Nadie mira a nadie, cada cual intentando gestionar de la mejor manera posible su pena respectiva. Escuchando, mirando al suelo, intentando asumir que no, que ya no.)

“Quiero escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte a parte 
a dentelladas secas y calientes.”

(Y entonces  dejar que otra persona hable de ella y de sus cosas y sonreir porque es lo más parecido a hablar que podemos hacer)

“A las aladas almas de las rosas
del almendro de nata te requiero,
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero.”