En el sistema original del GAD, la cantidad dedicada a la compra de acciones y la cantidad dedicada a la reserva de capital es la misma, 50-50.
Personalmente creo que la reserva de capital debe ser variable, depende del momento en el que nos encontremos, y dependiendo de la tendencia en la que el GAD empiece a funcionar.
Aclarando conceptos, si la tendencia es claramente alcista, es absurdo dedicar el 50 por ciento de nuestra inversión a un capital, que no va a producir nada. En tendencias alcistas muy claras, lo ideal es dedicar un 70% a la compra de acciones y el 30% restante a reserva de capital.
Si la tendencia es claramente bajista, pero nos gusta mucho el valor, sería conveniente que la reserva de capital fuera del 50% de la inversión, si no más, dependiendo de otra variable: donde nos encontramos.
¿Dónde nos encontramos?, esa es la otra variable que tenemos que tener en cuenta para decidir nuestra reserva de capital. No es lo mismo invertir cuando el IBEX, estuvo en los 16.000 puntos que cuando estaba en los 6.700 puntos, el riesgo aunque parezca de Perogrullo, es menor en los 6.700, que en los 16.000.
El precio es fundamental, y es el que tiene que determinar cual es la reserva de capital más acertada a nuestra inversión, independientemente que la tendencia sea bajista o alcista, pues esta puede cambiar en cualquier momento.
El precio al que compramos, es el que nos proporciona el “margen de seguridad”, al que se aferra Warren Buffet cuando realiza sus inversiones.