Elegir: música ganadora o perdedora [Entrevista de 2013 – 2/9]

En noviembre de 2013, Ricardo Bruno me hizo una larga entrevista. Nunca fue publicada. Mis respuestas, creo, conservan la misma validez y frescura que hace una década. ¿Por qué no publicarlas entonces por mi cuenta? Procedo entonces a dar a conocer estas respuestas en nueve episodios, porque no puedo pretender que nadie se trague las casi 7000 palabras que tiene este cuestionario. Este es el segundo.

RB – Hay gente que no puede elegir. Se crió en un barrio escuchando la radio. Entonces son tangueros o rockeros. Supongo que la música está por encima de los géneros. Vos te criaste en la música. Pudiendo elegir músicas winners elegiste música perdedora. Es decir, esa música te eligió a vos. ¿Por qué?

JMS – Excepto tomándolo como metáfora, no creo en eso que un género musical puede elegirte. Un género musical no tiene motivaciones propias, ni conciencia, ni quiere evolucionar hacia un determinado lugar. Son las personas que lo cultivan, que lo eligen, las que llevan aquel género musical hacia adelante – o hacia el estancamiento.

Luego, hablar de música perderora o ganadora es un curioso paradigma, un marco de pensamiento que me es algo ajeno. Implica una estadística comercial, es decir, ¿música ganadora es la que vende mucho y perdedora la que vende menos, verdad? Descreo que uno elija éste o aquel género musical en función de las ventas potenciales que puede conseguir. Supuestamente el rock mueve mayores cantidades de dinero, sí, pero también hay en consecuencia una gran cantidad de rockeros que no pueden vivir de su música. Lo que quiero decir es que si el objetivo principal es hacer dinero, uno comienza por elegir otra profesión. Mi objetivo es hacer mi música, y vivir de ella. Es difícil, sí; pero mucho más difícil sería intentar vivir de una música fingida. El fundamento, los cimientos, es ser honesto con tu música y con vos mismo, si esto falla podés construir todas las superestructuras que quieras, que se van a venir abajo en un par de años. Uno tiene que pensar en su sonido, no en cuántos otros pianistas de tango existen, o si hay músicas más vendedoras. Esto implicaría una infernal falta de honestidad.

Todo esto no significa que no me interese el dinero. Sí que me interesa ganar por lo que hago, como cualquier otro profesional. Lo que digo es que si uno elige el género musical al que quiere dedicarse únicamente en base a su hipotética comercialidad, no va a ir muy lejos. Ni va a ganar mucho dinero ni va a sentirse estéticamente cómodo.

En cuanto a la radio: en general hay varios canales, y excepto que tengan roto el dial, cualquier persona tiene la posibilidad de elegir, cambiar de canal y conocer decenas de músicas diferentes. Si no lo hace no es porque no pueda, o la imposibilidad es de otra naturaleza muy distinta (condicionamientos culturales, familiares). Tampoco tiene por qué interesarse una persona en todos los tipos de música existentes. A mí no me interesan todos los tipos de larva que hay, pero a un entomólogo seguramente le fascinan. Y por eso se dedicó a ellas, y no a otras especialidades «ganadoras».

[ Juan María Solare, Bremen, noviembre de 2013 ]