Muchos políticos se han beneficiado cuando no existe un tiempo máximo para la intervención del orador, y éste mantiene su turno de palabra mientras no deje de hablar y no se siente.
El récord en la intervención más larga, se lo lleva el senador estadounidense Strom Thurmond, que aguantó estoicamente 24 horas y 18 minutos, sin interrupciones y sin bajarse del estrado ni para ir al servicio.
Se retiró, a los cien años de la política. Es el único congresista que ha alcanzado esa edad...
¿Se lo imaginan en España?