
En un momento en el que muchas personas diagnosticadas con enfermedades neurodegenerativas sienten que se han agotado las alternativas, el trabajo de Eli Parreño, de Renacer Neuronal, aporta una nueva perspectiva. Esta terapeuta multidisciplinar ha desarrollado un método propio que combina técnica vocal, activación energética, medicina tradicional china y suplementación nutricional para acompañar procesos neurológicos complejos. Su enfoque integrativo no solo está obteniendo resultados visibles en casos como el daño cerebral o lesiones medulares, sino que también está marcando una diferencia concreta en pacientes con Párkinson. En esta entrevista, Eli Parreño comparte las claves de su trayectoria y cómo su método está generando mejoras en Parkinson integrativo, sin intervención farmacológica directa, pero con una profunda comprensión del cuerpo y sus capacidades de autorregulación.
Eli, tu trayectoria es poco convencional. ¿Cómo transformaste una experiencia personal difícil en el origen de un método tan innovador?
La verdad es que agradezco experiencias en mi vida que aunque duras, han sido grandes maestras. Fui diagnosticada de fibromialgia durante años por distintos médicos y especialistas a demás de tener otras secuelas físicas por un accidente a caballo en el que caí de cabeza con 17 años. Recuerdo como los médicos se enfadaban con mi madre porque siempre volvía conmigo pidiéndoles que nos dijeran cómo podía hacer para mejorar porque cada año yo estaba peor, con más dolor, menos movilidad, ya caminando con bastón y sin poder salir de la casa sin tener crisis en las que caía al suelo. Ellos le decían que lo que me ayudaría sería hacerme entender que simplemente mi vida ya no iba a ser la misma.
Mi madre me decía que los médicos simplemente no tenían la herramienta con la que ayudarme, pero que eso no podía permitirme tirar la toalla. Fueron unos años muy duros en los que llegué a enfadarme con sus palabras positivas pensando que los médicos tenían razón y yo viviría así el resto de mi vida. Pero, se equivocaron. Me curé por completo y fue gracias a ella. Años después con la experiencia vivida quise estudiar para entender cómo había podido ser posible mi cura, ya que para la medicina convencional eso no era posible, adentrándome en los conocimientos de la medicina natural. Ahora mujeres con fibromialgia dejan de tener dolores y fatiga en un mes con mis sesiones y me centré en conseguir ayudar también a personas con enfermedades neurodegenerativas.
– Renacer Neuronal se apoya en diversas disciplinas. ¿Cómo llegaste a integrar la medicina tradicional china dentro de tu enfoque?
¡La Medicina Tradicional China hizo que entendiera tantas cosas! Para mí fue como encontrar la pieza del puzzle que faltaba. Me hizo entender, por ejemplo, por qué en casos en los que había una enfermedad de médula espinal siempre yo me preguntaba qué le pasaba a su bazo, porque notaba mediante bioenergética que no estaba “bien”. Mis manos se paraban siempre justo a la altura del bazo, y fue con los conocimientos de la medicina tradicional china que descubrí que en esos casos se recomienda la tonificación del bazo. No era que hubiera un bazo enfermo, sino que ese órgano, en ese caso, necesitaba y se beneficiaba de ser tonificado (aportar energía, literalmente).
Por este motivo integró la tonificación de aquello que la persona necesita también en enfermedades neurodegerativas en sinergia con la activación energética directa en áreas cerebrales.
Hablas de trabajar con frecuencias específicas sobre estructuras internas. ¿Podrías explicar cómo se aplica esto en una sesión práctica?
Claro. No es lo mismo un cerebro con Párkinson, que con Alzheimer, que con depresión o lesión post ictus; por lo tanto, no se puede esperar un trabajo específico y que tenga un impacto positivo si no se sabe lo que hay que hacer con un cerebro u otro entre las manos.
Es necesario saber qué está ocurriendo en ese cerebro, por qué está así, qué necesita y cómo se le puede ayudar a poner en marcha mecanismos que está deseando poner en marcha.
He llegado al punto de notar como un pulmón con fibrosis, por ejemplo, absorbe una frecuencia distinta a un intestino al igual que es distinta en el área prefrontal utilizando desde el primer minuto la frecuencia específica que quiero aportar para conseguir mejoras mucho más rápido. Son años desarrollando mi técnica con la práctica diaria y con un foco muy claro de mi metodología.
En el caso del Párkinson, especialmente en quienes presentan hipomimia o alteraciones del habla, ¿qué papel juega la técnica vocal dentro del tratamiento?
Con la técnica vocal, ayudo a dar fuerza en la voz a personas a las que prácticamente no se les oía. Al ganar primero movilidad en los músculos faciales con las sesiones, les falta fuerza y flexibilidad en la voz. Primero les enseño a respirar correctamente, porque la voz es aire.
¿Qué tipo de mejoras has observado en personas con Párkinson que han seguido tu proceso?
Te voy a poner un caso de ejemplo: Un hombre de 77 años al que ya le habían subido la medicación para el Párkinson, pero que estaba cada vez más rígido y arrastraba los pies al caminar con pasos muy cortos, en dos semanas de mis sesiones me dijo su mujer que ya no paraba quieto en el campo. Caminaba mucho más ligero y rápido y cuando antes levantarse de la silla era un esfuerzo apoyándose en la mesa que duraba unos 5 segundos, lo hacía en cuestión de 1 o 2 segundos. Esto se traduce en menos rigidez y mayor control de movimiento.
Al mes me dijo: “Me siento más lúcido que nuca”. Quizás exageró (risa) pero con eso me quiso dar el mensaje que sentía una claridad mental que ya no tenía.
Mejoran también el estado del ánimo notablemente, más alegres. Se les nota hasta la mirada más despiertos y vuelven a tener más expresión facial.
Tu método incluye también suplementación nutricional integrativa. ¿Cómo seleccionas los apoyos más adecuados para cada persona?
En todos los casos me centro en mejorar su salud intestinal, el estreñimiento que es común en estos casos es lo primero que tenemos que solucionar. En la primera sesión rellenan un cuestionario que junto a la información que me aportan y lo que se puede apreciar durante la sesión en camilla puedo poner en marcha una fase de suplementación nutricional integrativa y personalizada supliendo déficits o aportando micronutrientes esenciales.
Al no ser médica, has desarrollado una perspectiva independiente de los protocolos clínicos convencionales. ¿Eso ha supuesto una barrera o una ventaja?
Por supuesto, no ser médico supuso una barrera al principio a la hora de ganar la confianza con la que empezar a probar mis sesiones, pero afortunadamente son muchas las personas que han tenido una experiencia tan satisfactoria que ellos mismos son los que han ido recomendando mi trabajo con el boca a boca a familiares y amigos.
Cada vez son más las personas que buscan este tipo de abordaje como complemento al convencional.
¿Cómo es el perfil de las personas que acuden a ti? ¿Suelen llegar tras agotar otras opciones terapéuticas?
Hay casos en los que sí vienen como último recurso. No pensaban que fuera posible las mejoras porque el médico ya les había dicho que no había nada más que pudiera hacerse. Tienen esperanzas puestas en los medicamentos (su uso prolongado a veces les trae complicaciones) y suelen venir después de haber pasado meses o años desde que oyeron de mis sesiones ya con miedo al verse empeorar y se llevan una sorpresa.
Y el perfil contrario, que aún se mantiene en mucho mejor estado, que suele ser muy disciplinado, hace ya ejercicio, se alimenta súper bien y lo que quiere es poner al máximo de su parte para ayudar a que la neurodegeneración sea lo más lenta posible atrayéndole mi enfoque como complementario a la medicación que están tomando.
¿Qué mensaje te gustaría hacer llegar a las personas con enfermedades neurodegenerativas que han perdido la esperanza de mejora?
Lo primero que necesitan saber, es que sus hábitos diarios pueden hacer que la enfermedad curse más rápido o más lento. ¡Pienso que eso es criminal que no lo sepan! Y es algo que les explico dentro del programa intensivo de 3 meses que ofrezco. Necesitan entender la enfermedad de verdad para poder escoger los hábitos que les pueden alargar días, meses e incluso años con mejor calidad de vida.
Tienen que saber que aunque al principio cueste, les beneficia hacer alguna actividad física, que alimentarse con azúcares, harinas refinadas… va a hacer que la enfermedad avance más rápido.
Si a eso se le suma un aporte literal y directo de energía en áreas que su cuerpo necesita, no puede pasar desapercibido para el cuerpo aportando un mayor bienestar integral.
El trabajo de Eli Parreño en Renacer Neuronal parte de la convicción de que el cuerpo guarda recursos aún por activar, incluso cuando los diagnósticos parecen definitivos. Su propuesta no pretende reemplazar la medicina convencional, sino ampliar el horizonte de posibilidades para quienes buscan calidad de vida y evolución en su estado funcional. A través de la técnica vocal, la activación energética y el soporte nutricional, su método ya está siendo referencia en procesos de mejoras en Parkinson integrativo, abriendo nuevas vías de acompañamiento en el cuidado neurológico.

