Foto de Jorge Armestar
Mencionado por:
Antonio Gómez
Menciona a:
(Por orden alfabético)
Jesús Aguado
Daniel Casado
Irene Sánchez Carrón
José Ángel Cilleruelo
Luis Felipe Comendador
José María Cumbreño
Jordi Doce
Alexandra Domínguez
Guillermo Fernández Rojano
María José Flores
Francisco Javier Irazoki
Juan Carlos Mestre
Miguel Ángel Muñoz Sanjuán
Julia Otxoa
Ada Salas
Basilio Sánchez
Yolanda Soler Onís
Álvaro Valverde
Javier Pérez Walias
José Antonio Zambrano
Bio-Bibliografía
Elías Moro (Madrid, 1959). Reside en Mérida desde 1982. Es autor de los libros de poemas “Contrabando”, “Casi humanos (bestiario)”, “Palos de ciego”, “La tabla del 3” y la antología “En piel y huesos”. También del libro de relatos “Óbitos súbitos” y el volumen de textos breves “Me acuerdo”, en colaboración con Daniel Casado. Una edición corregida y aumentada del mismo título, ya en solitario, apareció hace unos meses en Calambur Editorial.
Asimismo, sus poemas han aparecido en las carpetas “Bestiario” -con el pintor Luis Ledo-, y “Abrazos” -con ilustraciones de Petra Portillo-.
Colaboraciones en revistas como Espacio/Espaço Escrito, La poesía, señor hidalgo o Cuadernos del Matemático. Y en la red en Calidoscopio, En Sentido Figurado o Las razones del aviador.
Tranviario de servicio en http://www.delostranvias.blogspot.com/
Tiene en marcha el blog http://eljuegodelataba.blogspot.com/
Poéticas difusas
Poeta: traductor del silencio.
La poesía, esa enemiga de la prisa.
Antes del poema lo sé; al terminarlo, lo dudo.
Poemas
AUTORRETRATO
(en preparación)
Veo pasar el tiempo que me falta.
He adquirido con los años
la cordura y la destreza,
huyo como de la peste
de los extremos que me cercan.
Domino el idioma y su ortografía,
comprendo la métrica del verso
y practico su rigor con un celo
que más me valiera dedicar
a otros menesteres.
Conservo principios en desuso
y, excepto en lances de amor,
soy tibio e indolente;
entonces, la pasión me puede.
Porque me declaro idealista
y me reconozco pragmático,
a veces me asalta la sospecha
de que de algún modo me engaño.
Bajo esta luz en penumbra me miro.
Soy un invierno más viejo
y este tampoco es el poema.
CANCIÓN DE AMOR EN SINES
Detrás de tu mirada, el mundo
tiene otro color, un aire a canción
que se alegra en el lamento
de qué estás hecha, mujer, qué turbio
misterio escondes en tu belleza, cómo
te explico que das sentido a mi vida
mientras trato de entenderte
ante tu corazón me arrodillo,
para tus pecados mi perdón,
para los míos tus lágrimas
ALGUIEN
alguien es aquel que camina bajo su sombrero de dudas
la mujer que arrastra un cestillo de sonrisas y alimentos
el conductor de autobús que ve en el semáforo en rojo
la operación de anginas de su hijo pequeño
y en el verde el beso cotidiano de su mujer
alguien es el feliz poseedor de las tabas de la hechicera
quien conoce sortilegios contra la mansedumbre y el frío
el que ha vivido huracanes y está indemne
el que estuvo en la ópera del horror con un triángulo cosido en el pecho
y sin saber bien cómo ha logrado sobrevivir a sus iguales
alguien es quien desprecia el peligro
el que hace reír a los demás sin dañar a nadie
el que abre un libro y despierta las caricias de las páginas
el que se viste de etiqueta para saludar a los insectos
la novia del paracaidista que le tiene miedo a las alturas
alguien es el asesino del atardecer
el detective que todo lo indaga en pos de la verdad
el juez que sentencia y condena
el reo que sueña sin tregua con la fuga y el perdón
alguien es el impúdico y el inocente
el incrédulo y el sagaz
aquella que parió tres vidas
y vio morir a las tres
alguien era yo hasta que llegaste a mi vida
y entonces fuiste lo más importante