
Por ende, no hay que olvidar que un camino no es más que eso.
Si piensas que no debes seguirlo, no te quedes en él bajo ninguna circunstancia. Te advierto: examina cada camino atentamente.
Pruébalo tantas veces como te parezca necesario.
Luego hazte esta pregunta: ¿Tiene corazón este camino?
Un camino no es más que un camino.
Que lo abandones cuando tu corazón así te lo indique
no significa ningún desaire a ti mismo ni a los demás.
Pero tu decisión de seguir esa senda o apartarte de ella
no debe ser producto del temor ni la ambición.
Todos los caminos son iguales, no llevan a ningún lado.
Atraviesan la maleza, se internan o van por debajo de ella.
Si ese camino tiene corazón, entonces es bueno.
De lo contrario, no te servirá de nada...
C. Marco