En un país como Argentina donde existe la posibilidad de ser acompañada en un parto domiciliario planificado por parteras u obstetras, suele ser una pregunta común porque elegir unxs u otrxs. En general se suele considerar que no hay diferencia, una cuestión de título nada más, son lo mismo, salvo porque el obstetra puede realizar una cesárea, pero no es así, son dos paradigmas distintos, dos visiones sobre el embarazo y el parto completamente diferentes, por lo menos en lo que a formación (y deformación se refiere) y a lo que la practica institucional los lleva también. Ni mejores, ni peores, solo distintos y por ende necesarios en situaciones diferentes. Por otro lado también el sistema médico hegemónico nos ha llevado a pensar un poco en la partera como la asistente del obstetra, algo así como la que le lleva el café, cómo si la partera estuviera un peldaño abajo en términos de capacidades y formación, finalmente el otrx es el médico, sin embargo esto es solo un prejuicio….
Al lado de una mujer sana, con un bebé sano y un embarazo sano debería estar una partera, este es el modelo de atención reconocido y recomendado por la OMS y otras organizaciones competentes en materia de salud y derechos ¿por qué?, ¿Por capricho? ¿Para no molestar al médico?¿Por qué quieren darle trabajo a la partera? No! Porque lxs parterxs se forman en la fisiología del embarazo y parto, en el hecho de acompañar embarazos sanos, mujeres sanas y bebés sanos, que dicho sea de paso es la mayoría de los casos, su carrera se basa en esto. Un obstetra en cambio se forma en la intervención y tratamiento de las patologías, complicaciones y anomalías del embarazo y parto, esa es su especialidad, intervenir y tratar, que es muy distinto de acompañar y asistir. El campo de la parterx es la salud y la fisiología, el del obstetra la enfermedad y la medicalización e intervención… ¿Qué hacen entonces la gran mayoría de mujeres sanas en manos de profesionales cuya especialidad es la atención de las complicaciones? ¿Qué hace la salud en manos de la mirada de la patología, el riesgo y la intervención?
Obviamente luego cada uno hace y deshace con su formación, pero personalmente creo que siempre queda un sesgo, una impronta y lo veo en cosas sutiles, como por ejemplo, en la cantidad de estudios que mandan y recomiendan, en lo mucho que tienen que mirar y volver a mirar eso estudios, la panza, etc, y en el lenguaje por el que están atravesadxs, donde siempre se habla de niveles de riesgo e intervención , de posibles complicaciones y de un sinnúmero de estadísticas (qué además suelen jugarnos en contra), su ojo está entrenado y formado para evaluar y atender situaciones que se salen de lo normal, esa es su especialidad y asumo yo su lugar, donde son además absolutamente necesarixs, porque sino era esa su área de interés y vocación, con todo respeto, no era más fácil seguir la carrera para ser parterxs?Algo similar me pasa con las instituciones, las clínicas y hospitales, maravillosas ellas para tratar la enfermedad, no son ambientes aptos para la salud y el nacimiento es salud. Personalmente no concibo el nacimiento de mis hijxs, ni mis partos en una institución, ni en manos de médicos. Estoy pariendo, mi hijx está naciendo no hay enfermedad, ni patología en ello. El parto es un hecho sexual e intimo y elijo atravesarlo en el calor de mi hogar
Traigo el tema porque una vez anda dando vueltas un proyecto de ley que pretende sacar el parto domiciliario planificado de las incumbencias profesionales de lxs prterxs, dejándonos sin atención profesional a las mujeres y familias que lxs elegimos para acompañarnos, dejándonos como única opción la atención en institución con parterxs o en casa con obstetra, ninguna de esas dos viables para mi y para otro tanto de mujeres y familias. Y que es además un derecho laboral que ellxs ya poseen y un derecho que como ciudadana ya poseo, con lo cual una ley así no solo representaría una grave vulneración en tema de derechos, sino también un retroceso.
Esa es mi elección y mi derecho y no por capricho, sino porque con información elijo y ahí radica mi poder. No pretendo que sea ley, ni imposición, ni que todas decidan lo mismo, porque somos distintas, nuestras necesidades y elecciones son personales y diversas y es deber del estado garantizarnos a todas el acceso a nuestros derechos. Por lo mismo creo que éste no es un tema que solo nos atañe a quienes elegimos parir en casa acompañadxs por parterxs, sino a todxs los que nos interesa un sociedad plural, incluyente y basada en la equidad, el reconocimiento y el respeto.
Asi que lxs invito a sumarse con su firma en la petición online que estamos llevando a cabo para que nuestros derechos sigan siendo garantizados. Y agradecemos su difusión.