Revista Coaching

Elimina la postergación de tu vida

Por Andrés Cuevas Mesa @acuevascoach

Postergación

El tema de esta semana está centrado en la postergación. Una poderosa lacra que impide el desarrollo coherente y consecuente de objetivos, metas y valores. Las dilaciones suponen una de las facetas más dañinas y limitantes de nuestra vida. A simple vista, la postergación parece algo totalmente inofensivo, una fuerza sútil que va apagando la llama de las ilusiones y los sueños más profundos de nuestro ser. Adentrémonos en sus motivos y consecuencias para conocer esta realidad más a fondo.

¿Te encuentras en la categoría de aquellos que postergan todo de manera sistemática? Si eres como la gran mayoría de la gente, la respuesta sea probablemente afirmativa. Muchas veces nos decimos a nosotros mismos: “Yo sé que tendría que hacer eso o aquello y no lo hago, pero ya me llegará el momento en que pueda emprender la acción”. Esta frase es uno de los mayores engaños diseñados por el hombre, y responsable a su vez de grandes desilusiones y frustaciones. Ese futuro prometedor que aporte lucidez a la acción que queremos emprender nunca llega, ya que el único momento del que disponemos realmente para cambiar las cosas es la realidad del ahora.

Hay todo un vocabulario detrás de aquel que posterga con regularidad. Los “quizás”, “espero”, o “deseo” son razonamientos que se utilizan para no hacer nada en el presente. El postergador de esta manera se exime de responsabilidad y achaca su inactividad a factores internos como pueden ser miedo, incertidumbre, baja autoestima; o a factores externos como “el que dirán”, los convencionalismos, y las tradiciones imperantes. Sin embargo, los deseos y esperanzas no son más que una pérdida de tiempo, ilusiones vanas de los que viven en un mundo totalmente ficticio. Al postergar para un momento futuro lo que quisieramos hacer ahora, te entregas al escapismo, a la autoduda, y lo que es peor aún al autoengaño.

No somos lo que decimos, sino lo que hacemos. Nuestro comportamiento es un barómetro mucho más adecuado para medir nuestro valor. Lo que realizamos en nuestros momentos presentes son el único indicador de lo que somos como personas desde un punto de vista objetivo. Con relación a esto, surgen dos tipos de personas: críticos y hacedores. Los críticos son aquellos que erigen diversas teorías muy bien expuestas de como deberían ser las cosas pero sin ninguna vertiente práctica. Es muy fácil ser crítico, pero ser un hacedor requiere esfuerzo, riesgos y cambios.

¿Cómo podemos dar un vuelco significativo desde la postergación a la acción? ¿Que comportamientos y actitudes debo adoptar? Es preciso recalcar que podemos hacer todo aquello que verdaderamente nos propongamos. Hay diversas técnicas que nos pueden ayudar para dejar de ser un postergador. A continuación voy a enumerar algunas de ellas:

1. Piensa en ti como un ser demasiado importante y significativo como para seguir viviendo lleno de ansiedad por las cosas que tienes que hacer.

2. Empieza a usar tu mente de forma creativa en lo que antes eran circunstancias aburridas. Decide que nunca más te aburrirás. Aprovecha el tiempo y exprímelo en tu beneficio.

3. Ten el valor de emprender una actividad que hayas estado evitando hasta ahora. Un acto de valor puede eliminar todo ese temor.

4. Elimina las palabras “esperanza”, “deseo” y “quizá” de tu vocabulario. Estos son los instrumentos que usas para postergar. En su lugar emplea palabras como, “lo haré”, “convicción” y “determinación”.

5. Toma la decisión de vivir momento a momento, teniendo sólo en cuenta lo que debes hacer en este preciso instante. Esto te dará perspectiva y no pensarás las cosas “a la larga”, esto te ayudará a no postergar.

Está en nuestras manos dar ese salto cualitativo que elimine la barrera de la postergación en nuestra vida. Si queremos que el mundo realmente cambie no nos limitemos a las quejas y las lamentaciones, sino más bien, seamos personas que den forma a sus ideas y las plasmen de manera convincente y consecuente, sin miedos y con la mayor pasión y energía posibles. Esta es la manera más poderosa de vivir una vida con significado y de manifestar la más grande idea de lo que somos.

“No digas cosas. Lo que eres, relumbra sobre ti mientras lo haces, y atrona con tal fuerza que no puedo oír lo que alegan en tu contra”.

(Ralph Waldo Emerson)


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