El mal aliento, formalmente conocido como halitosis, es un problema frecuente en la población y que puede ser un simple inconveniente social u ocultar problemas más serios detrás de él. Es el olor desagradable que se exhala por la boca al respirar, al hablar o al tenerla abierta.
Tener un aliento fuerte puede ocasionar serios inconvenientes sociales, hasta el punto de retraer a la persona que lo padece y que evite hablar con los demás para no expulsar su aliento desagradable.
El estigma social suele ser más perjudicial que la causa subyacente (en la mayoría de los casos), y debe ser tomado en cuenta, ya que puede afectar a la manera de comportarse y de vivir de la persona.
Causas más habituales del mal aliento
El mal aliento no es una dolencia por sí mismo, sin embargo, puede ser causado por algún problema de salud más serio, por lo que no conviene descuidarlo.
Habitualmente, la halitosis viene causada por hábitos de vida poco saludables o por ingerir alimentos que la favorecen.
Hay algunas comidas que pueden causar aliento fuerte, como las que llevan mucho ajo, el repollo, o aquellas en las que hay cebollas crudas o alimentos que suelan sentar mal a quien los come, como el pimiento crudo o algunos fermentados. Determinados tipos de quesos muy fuertes también pueden dejar un rastro oloroso detrás de sí y contaminar el aliento de quien lo consuma.
Existen más de ochenta causas fisiológicas para la halitosis, entre las más comunes se encuentran:
- Los problemas dentales, bien sean en forma de caries, de abcesos o por enfermedades de las encías como la gingivitis bacteriana. Las prótesis dentales también pueden ocasional mal aliento.
- El consumo excesivo de alcohol es una causa frecuente de mal aliento, aunque es fácilmente evitable.
- Seguir una dieta con un pH poco equilibrado también puede ser un factor desencadenante de padecer halitosis.
- El café es un elemento común que causa halitosis de manera habitual.
- Alguna enfermedad que genere reflujo gastroesofágico.
- Enfermedades pulmonares o respiratorias causadas por bacterias.
- La sinusitis también puede causar un aliento fuerte, debido a la infección bacteriana de las mucosas.
- Enfermedades e infecciones de la garganta, sobre todo si son producidas por bacterias.
- Fumar es otra de las grandes causas de tener un aliento desagradable.
- Tomar un exceso de suplementos vitamínicos puede causar este problema, así como la toma de ciertos medicamentos, sobre todo si son agresivos con el estómago.
- Los problemas estomacales, sean leves o graves, casi siempre causan aliento fuerte.
Además de estas causas, que son las más comunes, el mal aliento puede ser causado por problemas de salud mucho más serios que requieran un tratamiento inmediato, como son:
- Gingivitis ulcerativa, necrosante aguda.
- Mucositis ulcerativa, necrosante aguda.
- Insuficiencia renal severa o crónica.
- Obstrucción intestinal grave.
- Bronquiectasias.
- Cáncer de esófago.
- Cáncer de estómago.
- Encefalopatía hepática.
- Cetoacidosis diabética. Es el clásico aliento con olor a fruta.
- Abceso pulmonar.
- Rinitis atrófica.
- Divertículo de Zenker.
Cuándo se debe contactar con un médico
Existen multitud de remedios caseros y profesionales para combatir el mal aliento. Sin embargo, cuando se ha intentado eliminar mediante diferentes fórmulas pero no se consigue y no existe una causa aparente, como fumar, beber alcohol o comer determinados alimentos, es un buen momento para consultar con un profesional para que evalúe la situación.
Así mismo, si se presenta fiebre alta, dolor en la zona de la cara o síntomas de una infección respiratoria importante, también se debe acudir a la consulta del médico.
Por lo general, el mal aliento suele resolverse sin que existan dolencias detrás de él, aunque siempre es conveniente descartar posibles patologías.
Qué esperar de la visita al médico
En primer lugar, el médico de familia hará un examen físico de la persona y le preguntará por su historial médico.
Las preguntas más habituales que suele hacer un médico en relación con un problema de halitosis son:
- ¿El aliento tiene un olor a amoníaco, afrutado, a pescado, a heces o alcohólico?
- ¿Suele comer o ha comido alimentos que puedan estar causando el mal olor?
- ¿Está tomando algún tipo de medicación o de suplemento vitamínico?
- ¿Fuma o bebe de manera habitual?
- ¿Ha visitado al dentista en el último tiempo? ¿Lleva una buena higiene dental?
- ¿Nota algún otro síntoma?
A continuación, en el examen físico, el doctor examinará la boca y la nariz. Si se detecta algún tipo de infección, puede encargar que se realice un cultivo.
Si el médico sospecha que la causa del aliento desagradable puede ser la diabetes o una insuficiencia renal, pedirá que se realicen análisis de sangre.
Otra pruebas que pueden hacerse son endoscopia, radiografía del abdomen o radiografía del tórax.
Dependiendo de lo que descubra, variará el tratamiento o le recomendará a la persona un cambio en los hábitos de vida. Si el mal aliento está causado por algún tipo de infección bacteriana, puede recetar la toma de antibióticos.
En ocasiones, el médico de cabecera puede derivar al paciente a un especialista en el aparato digestivo para que le realice más pruebas o para que le aplique un tratamiento más específico.
Remedios caseros para combatir el mal aliento
Existen multitud de remedios caseros para tratar de vencer el aliento desagradable. Lo principal para conseguirlo, es tratar de identificar la causa que lo está generando para erradicar el problema de raíz.
Si no se consigue, siempre se pueden seguir una serie de consejos generales que, con toda seguridad, mejorarán el problema y permitirán a la persona hablar con los demás sin sentir vergüenza por su aliento.
Una manera de enmascarar temporalmente el olor es masticar hojas de menta o de perejil frescas. Algunos chicles también pueden enmascarar el mal olor.
Como recomendación general, debe evitarse fumar, beber alcohol y consumir mucho café.
Otros remedios caseros y fáciles de aplicar para luchar contra la halitosis son:
- El agua. Estar bien hidratado es fundamental para conseguir un bienestar general y para no tener mal aliento. Además, el agua también funciona como enjuague bucal y ayuda a limpiar la zona de posibles restos de comida. Beber agua estimula la producción de saliva.
- El bicarbonato de sodio puede ser un gran aliado para deshacerse del mal aliento. Contribuye a reducir la acidez en la boca y evita que se multipliquen las bacterias. Puede utilizarse para lavarse los dientes o para hacer gárgaras o enjuagues.
- Las semillas de hinojo tienen la facultad de refrescar el aliento y evitar que huela mal. Se puede tomar una cucharadita de semillas y masticar lentamente hasta que se disuelvan en la boca. Además de su olor agradable, el hinojo posee cualidades antibacterianas, cosa que favorece en gran medida la lucha contra el aliento fuerte. Si se utiliza como condimento para las comidas, ayuda a calmar el estómago y lo protege de alimentos más fuertes.
- El té negro y el té verde poseen unos compuestos llamados polifenoles, que ayudan a combatir de forma eficaz el aliento desagradable ya que frenan el crecimiento de las bacterias que lo ocasionan. Puede tomarse mezclado con otras hierbas aromáticas para potenciar el efecto antihalitosis como, por ejemplo, con menta.
- El clavo de olor es un gran antiséptico que puede ayudar de forma eficaz a combatir un aliento fuerte y desagradable. Además de acabar con las bacterias que lo originan, deja un agradable olor después de masticarlo. Puede consumirse directamente o en forma de infusión; así mismo, la infusión puede utilizarse para beber o para hacer enjuagues.
- La salvia tiene importantes propiedades antibacterianas que son muy beneficiosas para tratar diferentes dolencias o para luchar contra la halitosis. Puede utilizarse masticando las hojas directamente o infusionándolas en agua hirviendo. Igual que ocurre con el clavo, la infusión puede dejarse reposar y ser utilizada para hacer gárgaras.
- Tomar una cucharada de vinagre de sidra disuelta en agua antes de las comidas ayuda a tener mejores digestiones, con lo que las posibilidades de aliento desagradable se reducen. También puede tomarse después de comer, o puede utilizarse para hacer gárgaras.
- El limón posee numerosas cualidades, entre ellas se encuentra su poder antibacteriano. Enjuagarse la boca con limón, o consumir su zumo diluido en agua o en forma de infusión, ayuda a no tener halitosis.
La halitosis es un problema más común de lo que se cree, pero genera estigma social, por lo que suele sufrirse en silencio.
Si los consejos aportados anteriormente no son suficientes para conseguir un aliento fresco, un profesional especializado puede dar con la clave para conseguirlo. Es importante no dejarse llevar por la vergüenza que genera el mal aliento y acudir a la consulta para poder solucionarlo.
Llevar un estilo de vida saludable y cambiar los hábitos nocivos que lo perjudican es la clave para gozar de una buena salud y de un aliento fresco. Cuidarnos nos beneficiará en todos los sentidos.