En vísperas de San Juan nos llega esta interesante coproducción italo-germana El fin es mi principio basada en el bestseller del mismo título, de Tiziano Terzani, un periodista italiano que fue corresponsal durante más de 30 años en el sureste asiático. Cuando Terzani (Bruno Ganz) se entera que tiene una enfermedad terminal se reune con su hijo Fosco (Elio Germano) y a través de una serie de conversaciones quiere transmitir a su hijo su insaciable curiosidad por el mundo y sus habitantes. Además de ser un testamento vital es un repaso a los hechos más destacados del siglo XX como la guerra fría, la China maoísta, el apartheid sudafricano o la guerra de Vietnam.
Ulrich Limmer se interesó por destacar en la versión cinematográfica tres aspectos del libro de Tiziano Terzani: la intensa relación entre padre e hijo, los pensamientos acerca de la muerte, y el mensaje que Terzani quiso transmitir: “El hombre puede cambiar, y si cambia también puede cambiar al mundo”. Se trata de un cambio total de registro del actor Elio Germano al que le hemos visto en Mio Fratello è figlio unico, Napoleón y yo o Melissa P.