Elizabeth Holmes es, con 31 años, la joven emprendedora más rica del planeta.
Ha desarrollado una tecnología pionera en la extracción y análisis de sangre: No usa agujas y únicamente se necesitan unas gotas de sangre, extraídas con una toallita y un "lápiz" especiales. Su empresa, Theoranos, se asoció con la mayor cadena de farmacias de Estados Unidos y sus más de 8.500 locales han instalado sus "Centros de Bienestar".
Elizabeth Holmes abandonó sus estudios de ingeniería en Stanford con 19 años y fundó su propia empresa, , compañía de la que inversores privados han comprado acciones por millones de dólares, con un objetivo claro, conseguir pruebas de sangre más simples, disponibles para todo el mundo y baratas.
Según Holmes, existe un temor generalizado a las agujas, lo que unido a la falta de seguridad, disponibilidad e higiene en muchos países, hace que mucha gente no se realice las pruebas pedidas por sus médicos. Holmes ha creado una tecnología que elimina las agujas y disminuye la cantidad de sangre necesaria para obtener los resultados de unos análisis.
Para los usuarios es bien sencillo:
"La experiencia fue sencilla, un empleado agradable me pasó una toallita suave y tibia por el dedo, usó una especie de lápiz médico que apenas sentí y cuando me lo aplicó la mini ampolla se llenó de sangre. Los resultados me llegaron por correo electrónico 24 horas después ", relata un paciente.
Su método aumenta el flujo sanguíneo y luego extrae unas pocas gotas de sangre, que llegan a un tubo en un cartucho que Holmes denomina ' nanotenedor '. Este 'cartucho' guarda una muestra suficiente para realizar más de 200 tipos de análisis de sangre, que se realizan en las instalaciones de la firma, grandes laboratorios automatizados y bien protegidos.
Punto de mira puesto en Europa
Según Elizabeth Holmes, la detección de enfermedades temprana precisa estar cerca de los usuarios, y esto es lo que ofrece la cadena de farmacias Wallgreen´s. Theranos, su compañía, también tiene el punto de mira puesto en Europa.
Para los pacientes es "invisible" el costo de las pruebas de sangre cuando quien paga es el servicio público de salud, pero la reducción de costes en los análisis podría ahorrar una cantidad increíble de dinero