La que murió noche tras nochey era una larga despedida,un tren que nunca parte, su agonía.Codicia de la bocaal hilo de un suspiro suspendida,ojos que no se cierran y hacen señasy vagan de la lámpara a mis ojos,fija mirada que se abraza a otra,ajena, que se asfixia en el abrazoy al fin se escapa y ve desde la orillacómo se hunde y pierde cuerpo el almay no encuentra unos ojos a que asirse...¿Y me invitó a morir esa mirada?Quizá morimos sólo porque nadiequiere morirse con nosotros, nadiequiere mirarnos a los ojos.
Elizabeth Taylor nacida un 27 de febrero de 1932 en Hampsted (Inglaterra) ha concluído su vida terrenal hoy en Los Angeles (California); dicen que tenía los ojos más lindos del mundo.
