que ama incondicionalmente a cada uno de sus hijos,
que nos alimenta con su vitalidad y energía,
que está pendiente de cada triunfo y cada caída para animarnos a seguir adelante,
que nos alimenta con su amor,
que nos protege bajo sus alas, aún hoy,
que nos enseña a amar y valorar la vida cada día…
…Ella que algún día lloró por no poder sentir todo esto,
hoy quiero decirle, que su Amor alegra e ilumina cada día mi corazón, ¡gracias!…
TE QUIERO MAMÁ.
No esperéis a una fecha concreta del calendario para decirle a alguien estas palabras. La persona que las dice se siente feliz por poseer ese sentimiento en su corazón pero la felicidad de la persona que las recibe no es comparable a regalo alguno en el mundo.
No tengáis miedo a decirlas, que no os de vergüenza y sobre todo, no lo dejéis para mañana… quizás mañana sea demasiado tarde.