Comencemos por el guión, el cual nos muestra a un hombre deprimido, sí, pero no una caricatura de la tristeza. Nunca lo vemos a obscuras, tirado en la esquina, con una botella en la mano solo y maldiciendo todo. Porque cuando uno se está divorciando es muy triste, pero igual tiene que ir a trabajar.
El personaje central es un adulto adaptado que sabe que la vida continúa. Es difícil, pero ¿qué más puede hacer? Tiene amigos, una vida normal y mantiene un buen trabajo escribiendo las cartas de amor y amistad que los habitantes de este futuro no muy lejano ya no tienen tiempo de hacer por sí mismos.
De principio a fin, Ella es una obra maestra que, como las mejores, no se explica, sino se experimenta. Y se coloca muy en alto, para decirles a los demás: “esfuércense más”...
