Ella dice: Man on wire

7/10

Nos remontamos a 1974. El funambulista y acróbata Philippe Petit, ayudado por amigos y algunos agregados simpatizantes, entra de forma clandestina en el World Trade Center, en Nueva York, para realizar un número de funambulismo sobre un cable tendido entre las dos torres, a 400 metros del suelo.Sin más motivo que el deseo y una imperiosa necesidad interna, el documental nos muestra retazos de imágenes y conversaciones de los acontecimientos grabadas por los propios protagonistas, así como entrevistas actuales.
Paso a paso se nos desvela cómo se llevó a cabo el plan, la entrada en los edificios o cómo subieron el pesado material a las azoteas (caminar por un cable de acero es mucho más que tirar una simple cuerda entre dos puntos).
Pero además del cómo la cinta se detiene, a través de la figura de Philippe, en una necesidad nacida desde el momento en que vio el proyecto de las Torres Gemelas, antes de su construcción, y cimentado en toda una vida de búsqueda de la realización artística. Como él mismo revela, no importa el porqué, sino el hecho de querer hacerlo por encima de cualquier otra cosa.
Man on wire es la historia de una voluntad, de un deseo, de un sueño y de un cambio. La voluntad que hizo posible, gracias a la ayuda desinteresada de amigos y conocidos, una hazaña que en momentos parecía imposible. Un deseo y un sueño, que es también una magnífica lección sobre la búsqueda del propio camino, sobre la identidad de cada cual y la certeza de que, si en nuestro más interior anhelo sentimos que estamos haciendo lo correcto, entonces todo lo demás es secundario. También, y como no podía ser de otra manera, la historia es el cambio después del todo. Después del riesgo, del miedo, de las dudas, de la explosión final de felicidad, nada vuelve a ser lo mismo.
Ver a Philippe Petit caminar entre las torres, aún con casi cuarenta años de distancia, es y debe ser inspirador para cualquier persona que tenga un sueño. Hay que perseguirlo. Hay que dejarse ayudar por aquellos que nos quieren. Hay que realizarlo.
Como documental sin duda es una hazaña muy bien narrada. Prueba de ello son los premios recibidos. Pero desde el punto de vista humano me parece una gran lección, emotiva y, desde cualquier ángulo que se la mire, educativa.
Hay algo muy hermoso que dice Petit en la cinta: “Era como si las hubiesen construido para que caminase entre ellas”.
Yo creo que así era.