Además de grandes sagas, Susan Elizabeth Phillips también tiene una serie de novelas ‘independientes’ que, de alguna forma, también hay que tener en cuenta. Como me agradaron tanto las sagas de Golfistas y de Chicago Stars, una vez me quedé sin nada que leer, decidí adentrarme en este mundo de independencia, ¿y qué puedo decir? Un poco decepcionante.Según mi punto de vista, es la primera novela de SEP que leo en la que el personaje masculino no me llama nada la atención, y eso que la escritora hace auténticos malabares para que esto ocurra. La protagonista lo eclipsa totalmente y no aprecio, entre ellos, la química que destilaban las parejas de otras novelas de la autora.Por otro lado, creo que es una historia un tanto estereotipada. Como en otras novelas de SEP, se indiga mucho en las infancias y en su repercusión en la madurez, no obstante, la trama es demasiado ‘culebronesca’ para mi gusto: infidelidades, dobles esposas, padres horribles que no quieren a sus hijas, etc. Todo ello, se conjuga con argumentos tipo película teen americana, con animadoras que son muy malas personas y chicos sin cerebro adictos a ellas.Sugar Beth, la rica y guapa jovencita que dejó varios corazones destrozados en su pueblo natal, ha regresado. Está desesperada y arruinada, pero decidida a que no se note. Han pasado quince años, y ha aprendido unas cuantas lecciones. Ahora vuelve a casa… sin dinero, desesperada y demasiado orgullosa para permitir que su entorno lo descubra. Los habitantes de Parrish no creen en el perdón y el olvido, y esas amistades arruinadas del pasado están dispuestas a infligir a Sugar Beth la peor de las venganzas…
En fin, en honor a la verdad, también hay que decir que, al igual que todos los libros de la autora, es tremendamente adictivo. Se lee fácil, rápido y bien, y, bueno, aunque no es uno de sus mejores libros -para mi gusto- no pierdes tampoco mucho el tiempo leyéndolo.