Vivimos tiempos convulsos, algunos dicen que se avecinan cambios
importantes en nuestra estructura político – social. Veremos. ¿Y quién es el
responsable de esta situación?
En mi opinión los máximos responsables de esta situación que vivimos
son los dos principales partidos políticos de nuestro País, Partido Popular y
Partido Socialista Obrero Español, que desde el año 1982 controlan y dirigen
las principales administraciones españolas. Eso es algo en lo que imagino
estamos todos de acuerdo.
El problema viene cuando se plantean las soluciones. Para algunos, los
que han provocado esto no están capacitados para arreglarlo. Yo discrepo, pues
en mi opinión son las direcciones de cada partido las que han de dar las
respuestas precisas, por lo que habrá que cambiar esas direcciones. Porque yo
no creo en salvadores de la Patria estilo Podemos, que son los que más están
sonando y más adhesiones están recibiendo, aunque todavía se desconozcan sus
propuestas, aunque todavía no tengan programa (en este momento alguno se estará
preguntando, ¿y para qué eso del programa, si luego no se cumple?...). Si me
gustaría que partidos políticos serios, como UPyD, Ciudadanos o VOX, por ejemplo,
tuvieran más apoyos y una mayor presencia institucional. Pero considero que son
populares y socialistas los que han de sacarnos de esta, porque están
obligados.
Y, como he comentado en otras ocasiones, la fórmula es muy sencilla. El
pueblo español, por lo que percibo, está cansado, está harto de choriceo, de
pelotazos, está harto de la casta política que se ha creado. Y la solución es acabar con la actual
estructura política; y el ejemplo lo tenemos en países de nuestro entorno, en
los que los políticos son uno más del barrio, un vecino que coge el metro, el
autobús, que van en bici; países en los que ser político y dedicarse a lo
público no es sinónimo de pertenecer a una clase superior, como se percibe en
España.
Que los políticos se dejen de brindis al sol, de propuestas sin sentido,
lo que quieren los ciudadanos, lo que quiere la gente normal es que los
políticos sean personas normales. Si se consigue eso, si conseguimos que los políticos
de este País pisen la calle y se relacionen con la gente normal, si conseguimos
que un ministro haga la compra semanal en el súper, que espere en urgencias
para ser atendido y que guarde cola para comprar un billete de tren o para
facturar una maleta; si conseguimos que salgan de su burbuja habremos ganado
mucho. Pero ellos han de romper la burbuja.
Revista Política
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