Revista Opinión

Ellos sólo querían ganarse la vida. La triste historia de un padre y su hija, fallecidos en las furiosas aguas del Río Bravo al intentar llegar hacia los Estados Unidos.

Publicado el 29 junio 2019 por Carlosgu82

Que imágenes más fuertes, más tristes y más lamentables, siempre la misma historia, miles de latinoamericanos queriendo alcanzar el conocido «sueño americano; ponen en riesgo sus vidas hasta el punto de fallecer en el penoso intento. Razones, lógicas y detestables, como los altos niveles de pobreza e inseguridad, los hacen huir de nuestros países, sacrificando un modo de vida ya establecido; abandonando familia y propiedades. Esta vez, el mundo entero, se ha conmovido por las triste escena de los cuerpos inertes, sin vida y boca abajo del salvadoreño Óscar Martínez, de 25 años, y el de su pequeña hijita, Valeria, de tan sólo 2 años. Desgarradoras fotos para familiares y cualquier persona que muestre un tan sólo sentimiento de humanidad, como ver a una inocente criatura protegiéndose con la camiseta de su padre, como un último recurso de su progenitor para mantenerla con vida.  Luego de esperar por un par de meses en un refugio para migrantes, en Matamoros México, por una respuesta del gobierno estadounidense para darles asilo, Óscar se desespera y no puede aguardar más y decide aventurarse  cruzando  el río a pie, junto con su familia, compuesta por su hija Valeria y su esposa, Tania Vanessa; a sabiendas que la corriente del río es poderosísima, razón por la cual se le conoce como «Río Bravo». A eso de las 5 de la tarde, junto a otros inmigrantes, Óscar y familia, comienzan a internarse en las furiosas corrientes del Bravo, pero no llegan muy lejos y comienzan a ser arrastrados, siendo su hija la que lleva la peor parte, al inicio ,y su padre, al ver que  «era tragada» sin misericordia, como encendido por un instinto de conservación y de amor profundo hacia ella, se lanza para poder rescatarla. Lastimosamente, todo fue en vano, la potencia de las aguas del río les ganó la batalla y hoy forman parte del reino celestial. Su esposa, se llevó la parte menos trágica pues logró salvarse; sin embargo, tendrá que soportar un enorme calvario de tristeza y de culpa hasta el último momento de su vida.

Cualquiera podría decir que el padre fue un imprudente «a todas luces» y que nunca debió de arriesgar la vida de él y la de su familia, pero esta situación nunca hubiera ocurrido si nuestras naciones ,tercermundistas ,no estuvieran plagadas de miseria, de pandillas y delincuencia en general, ¿o cuándo han visto a un canadiense o a un noruego haciendo lo mismo?. Los malditos gobiernos partidocráticos de América Latina, nunca se han preocupado por mejorar las condiciones de vida de sus ciudadanos, pero sí  han sido expertos robando y convirtiéndose en clases sociales más y más opulentas. Estas imágenes, sí es cierto, que deben tocar las fibras más sensibles de políticos bastardos y racistas como Donald Trump, insensibles hasta la médula, pero, también, deben hacer conciencia a esa clase política parásita de América Latina, tanto de izquierdo como de derecha, que han destruido y vuelto más pobres a sus países, a su gente que un día confió en ellos.

Hoy por hoy, lo único que queda es orar por estas inocentes criaturas que a diario mueren en busca de una mejor vida, fuera de las sociedades infernales e injustas que les vio nacer. Dios los tenga en su santo reino.


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