Elopement en Barcelona

Seguro que conocisteis a Maria y John y su elopement en Barcelona a través de nuestras redes, allá por el mes de marzo. Hoy queremos acercaros un poco más la historia tan especial de esta pareja que destila amor por todos lados, la historia de dos personas locamente enamoradas la una de la otra.

A principios de año Maria contactó con nosotros. En su primer mail nos habló de una boda muy íntima y especificó que solo habría tres invitados: ella, John y Reta, su guía espiritual. Nunca nos habían pedido ayuda para hacer una boda TAN íntima. Ya sabéis que hemos hecho bodas pequeñas, como aquella ceremonia en el bosque de Carla y Carles, pero una boda con tres invitados… era algo peculiar. En cualquier caso, aceptamos el reto. La ilusión de Maria y John, que viven en Boulder (Colorado), era casarse en secreto y casi de improviso (de ahí viene lo de elopement) en Barcelona, una ciudad especial para ambos. Y os aseguramos que nos contagiaron esa ilusión desde el primer minuto. Hablar con María, que es una persona tremendamente espiritual, y escuchar cómo imaginaban su boda era realmente emocionante.

Y después de unos meses de conversaciones por skype y preparativos llegó el día. Ellos volaron desde Colorado unos días antes y se alojaron en una preciosa casa en la que Maria se prepararía el día del elopement. A pesar de parecer una boda sencilla estábamos hasta nerviosos porque sabíamos que íbamos a vivir con ellos toda una experiencia.

Una boda única requiere un escenario único. Por ello los novios escogieron la plaza de Sant Just i Pastor, en mitad del Barrio Gótico de Barcelona, donde se encuentra una de las fuentes más antiguas de la ciudad. Sí, habéis leído bien, se casaron en medio de Barcelona, en plena calle, en un lugar que para ellos es mágico. WOW, ¿eh?

No quisieron grandes montajes: tan solo un violoncelo para acompañar todos los momentos de su ceremonia y una guirnalda de flores decorando la fuente. John llegó primero: tenía la mirada clavada en esa esquina por donde debía aparecer Maria. La novia no le hizo esperar. Apenas cinco minutos después llegaba acompañada de Reta, dejando caer pétalos a su paso. Cuando llegó a la altura del altar, se colocó justo delante de John, que apenas podía contener las lágrimas. Se miraron fijamente durante un largo minuto y en un silencio que solo se interrumpió con el tañido de las campanas de la Basílica de los Santos Mártires Justo y Pastor. Eran las 12 en punto. Comenzaba la ceremonia.

Colocamos dos pizarras cerca de donde ocurría la ceremonia para explicar a la gente que pasaba por ahí (creednos, por ese lugar del centro de Barcelona pasa mucha…) que Maria y John se estaban casando en ese preciso instante y que, si les apetecía, podían dejarles un mensaje en su libro de firmas. ¡Y más de 20 ó 25 personas, todos desconocidos, escribieron una dedicatoria!

Pero el momento que nos puso un nudo en la garganta llegó cuando los novios pronunciaron sus votos: se miraron a los ojos, se hizo el silencio y el tiempo pareció detenerse para que Maria y John se juraran amor eterno. “I vow to stay”, se dijeron el uno al otro. Algo así como, “prometo estar siempre ahí”. De veras que se hace difícil explicar con palabras lo que sentimos en ese preciso instante. Escribimos estas líneas y todavía nos emocionamos al recordarlo. Sus miradas, sus gestos, sus lágrimas… su complicidad, fue increíble. Al terminar la ceremonia la plaza entera estalló en aplausos. Estar allí y vivirlo en primera persona fue BRU-TAL. Ya estaba hecho. Maria y John se habían casado tal y como deseaban.

Lógicamente, una boda tan especial no podía continuar de la manera habitual. Tras la ceremonia, el staff acompañamos a los novios durante un ratito por una ruta de tapas, brindamos por ellos, ellos brindaron por nosotros y fue TAN bonito y especial… Ellos siguieron la ruta y estuvieron en algunos de los bares más célebres de Barcelona.

Podríamos llenar páginas y más páginas con más detalles y recuerdos de ese día, pero es mucho mejor que hablen las fotos que hicieron nuestros amigos de Keisy y Rocky. Fue un placer compartir una boda tan especial con ellos, y también con nuestra queridísima Txina y con Marina de Oh Fleurs.

Si os han gustado las fotos, esperad a ver el vídeo la Txina. Os transportará de manera automática a ese día. Amigos, pantalla completa para no perderos detalle, volumen a tope para escuchar bien los graves… y a disfrutar con lo que la Txina mejor hace: contar historias y emocionar con ellas.