Año: 2011
Editorial: Nocturna Ediciones (2016)
Género: Novela
Valoración: Recomendable
" [...] Pero tú no eres más que una carta en el juego, y este, aunque el reconocerlo así te desazone, no se juega por ti ni para ti, sino contigo y por un instante."
De las tres citas con las que abre esta novela del mexicano Eloy Urroz, la primera de ellas (que termina como acabáis de leer) es de Luis Cernuda. Destaco este dato y este pasaje en concreto porque entre ambos encontramos las claves necesarias para empezar a hablar de la novela. Por un lado está la persona de Luis Cernuda. La familia interrumpida debe su título a la obra teatral homónima de este ilustre miembro de la Generación del 27; y en sus páginas se desarrolla uno de los episodios fundamentales de su vida: su estancia en Inglaterra en 1938, su trabajo con los niños vascos refugiados de la Guerra Civil, su poema "Niño Muerto" y toda la historia de dolor que hay detrás de él.
La otra columna sobre la que se sostiene la novela es la historia de otro Luis, en este caso Luis Salerno, un ya-no-tan-joven mexicano que un buen día recibe un correo electrónico de alguien que cree haber conocido en un pasado remoto y difuso, cuando él era otro hombre que se explicaba a sí mismo con otras palabras y que se entendía a sí mismo de un modo completamente diferente. Sea quien sea la persona que se esconde tras la dirección electrónica, su identidad es puro misterio. El correo es corto y extrañamente conmovedor:
Quisiera ver tus ojos otra vez.
Las indagaciones de Luis sobre la identidad de la persona que le ha escrito esa demoledora línea traerán consigo una serie de revelaciones sobre su propia vida, una trama de la que Eloy Urroz se sirve para reflexionar sobre la ingobernabilidad del destino: nuestra vida es solo un camino cuyo trazado está al arbitrio de todos y cuantos se cruzan en él. Lo que somos, lo que nos define, se debe en gran parte a lo que han decidido por nosotros y sobre nosotros. Se debe a lo que nos han dicho y a lo que se han callado. En este punto, cobra especial relevancia el fragmento final de la cita de Luis Cernuda que abre la novela: tú no eres más que una carta en el juego, que no se juega por ti ni para ti, sino contigo y por un instante.
La familia interrumpida es, superficialmente, la historia de un drama familiar (con cierto aire a enrevesado culebrón venezolano) así como la disección del conflicto íntimo de ambos Luises, en constante paralelismo. Ellos son los objetos del análisis de Urroz, los vehículos de los sentimientos que el autor desea expresar y de las cuestiones sobre las que quiere reflexionar: la identidad, la sexualidad, las relaciones de pareja y, en un sentido más profundo, la inevitable volubilidad del destino son los terrenos por los que transita la voz literaria de Eloy Urroz, de la que hay que destacar la soltura y verosimilitud con la que hace hablar a sus personajes, en contraste con un narrador efectivo, limpio, sencillo aunque no simple.
Una novela recomendable, pues, La familia interrumpida. No me ha dejado clavado en la silla, porque el conflicto no alcanza en ningún momento la intensidad que promete al principio (de hecho, la trama de Luis Salerno es un tanto rebuscada y poco consistente), pero sí es una novela disfrutable, escrita por un narrador sólido y que no resulta vacua si se entiende como un artefacto para la reflexión sobre los asuntos que le preocupan a Urroz.