Hoy es un día especial, como lo son todos los días de comienzo. Hoy comienzo un viaje. Un viaje que hace dos día ni siquiera estaba entre mis planes más remotos. Pero la vida te da sorpresas, que decía la canción.
Daniel Gonzalez, de la ONG Save The Children, me llamó para decirme, como quien te invita a un café, que si estaba dispuesto a viajar a Camboya para ayudarles a informar sobre el trabajo de los trabajadores sanitarios sobre el terreno. Y yo le dije que si. Y aquí estoy, delante de un ordenador, intentando transmitiros lo que siento minutos antes de empezar un viaje hacia la capital de Camboya.
Dije ayer en Twitter que me gustaría saber escribir mucho mejor para estar seguro de que entendéis lo que siento al inicio y lo que sentiré durante y tras el viaje. Eso es lo importante, que logre transmitiros cual es la función de esos Trabajadores Sanitarios para reducir la mortalidad infantil en el mundo.
Necesitamos más trabajadores sanitarios para que mueran menos niños.
La fórmula es tan sencilla como abrumadora. Y es lo que no se nos puede ir de la cabeza. Ese es el verdadero viaje que iniciamos, ese es el motivo de todo esto. Eso es lo que viaja conmigo y con Natalia Quiroga (@natiquiro), de Save The Children España, a Camboya. Esto es lo que impulsa esta página (en ingles) de la iniciativa:
#Healthworkers
También dije ayer que os necesito. Necesito tanto vuestra confianza como vuestras preguntas. Vuestro apoyo como vuestro seguimiento. Vuestras sonrisas como vuestras críticas, que nadie es perfecto. Necesito al Patio. Es un poco un viaje de todos. Porque no dejo El Patio, el Patio del Pájaro Azul se va a Camboya.
Los hashtags que utilizaremos serán #healthworkers, como específico de la campaña internacional para conseguir más trabajadores sanitarios, y #elpatioacamboya, más particular de esta aventura.
Nos esperan a Natalia y a mi un buen puñado de horas de vuelo. La próxima ves que escriba estaré en otra parte de la bola redonda que llamamos tierra. Pero seguirá siendo el Patio, seguiremos siendo vecinos, y seguirá siendo una buena cosa que logremos que los niños, sea donde sea que vivan en esa misma bola, vivan con menos peligro de perderla. Hasta luego, entonces, y muchas gracias por todas las muestras de apoyo recibido, vecinos
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