Aunque parezca difícil de creer, esta es una frase que he escuchado pocas veces en mi vida, al menos que yo recuerde. Esa frase lapidaria dice mucho, aunque no sé si del que la dice o del que la recibe.
Varias fueron las ocasiones en las que me dijeron esas palabras mientras aprendía a utilizar PhotoShop en aquel estudio de diseño. Lo cierto es que le podía la impaciencia, el que enseña debe dejar un margen para que el que aprende. Pero muchas veces, supongo que por las prisas para presentar proyectos y campañas, preferían hacerlo a esperar.
En casa también me la han dicho algunas veces. Mamacangreja tiene un estilo único para tender la ropa. No sé como lo hace que cuando ella tiende la ropa no necesita plancha, da igual la prenda, sale planchada del tendedero. Y eso es algo que a mi me ha costado un tiempo integrar. Así que, antes, aún me decía esa frase de vez en cuando.
Rara es la vez que en esta casa se usa la plancha, pero en este caso si que reconozco que se me da bastante mal. En realidad depende de la prenda pero hay cosas como las camisas que no le pillo el tranquillo, afortunadamente no es una pieza que yo use muy a menudo, difícil sacarme de mis camisetas negras.
Ahora que estoy con esto, me doy cuenta de que yo también la digo, algunas ocasiones, y es que a veces reconozco que no tengo la paciencia o el tiempo para esperar. Porque por ejemplo, cuando cangrejito se pone los calcetines parece que se esté poniendo un traje de astronauta, así que a veces, recurro a esta manida frase para dar un poco de ligereza al asunto.