Supongo que recordáis la película Lady Halcón. Si crecisteis en los años 80 seguro que sí. Pues resulta que el peor momento del día tiene algo que ver con la peli de Rutger Hauer y Michelle Pfeiffer, y un poco –bastante– también con la anterior entrada de este carnaval, la de Mi momento favorito del día. Y es que no todos los días podemos tener ese momento manta.
Todo lo contrario. Hay días en los que más bien parece que tengamos un Cambio de Guardia. Con mi reducción de jornada trabajo por la tarde, así que me encargo del cole y la hora de la comida antes de irme a trabajar. Pero al menos un par de días a la semana nuestros horarios hacen bastante complicado que la Maestra-Jedi y yo podamos coincidir apenas quince o veinte minutos. Cuando ella entra por la puerta, yo ya estoy preparándome para salir. Casi con las llaves en la mano, un beso, un informe de situación rápido, y un "hasta esta noche, tesoro". Ni momento manta ni nada.
Casi como el Capitán Navarre viendo entre brumas y destellos a su amada Isabeau volver a convertirse en Lady Halcón antes de poder abrazarla. Cuando la mentira de la conciliación nos juega esta mala pasada, y apenas salgo de casa hecho un lobo frustrado, es sin duda el peor momento del día. Más tarde, regreso del trabajo en pleno late night, cuando ya el agotamiento no nos da respiro ni aguante más que para cenar cualquier cosa y ver medio capitulito de alguna serie.
Está claro que todo esto es una exageración. Ni yo tengo la planta de Rugter Hauer ni la Pfeiffer es tan perfecta como la Maestra-Jedi. Pero esta peli siempre saca el garrapiñado que llevo dentro. Lo cierto es que una de mis frases hechas más usadas es "mi mujer y yo nos llevamos muy bien, apenas tenemos tiempo para discutir". Y no sé qué es más triste, si el hecho de que esto sea así realmente, o que lo tenga ya tan asumido. No me queda otra que esperar al siguiente cambio de guardia.
¡Que la Fuerza os acompañe!
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