Erika M. Anderson ha irrumpido en el panorama musical independiente con paso firme. Al desligarse de Growns, Erika decidió empezar su carrera en solitario bajo el nombre de EMA (sus iniciales) y hacer lo que algunos han denominado como freak-folk electrónico lo-fi, casi nada. Con esta carta de presentación EMA ha firmado su primer trabajo, el cual está provocando un revuelo positivo inusual a estas alturas de la película.
Past Life Martyred Saints es oscuro y denso, donde las texturas y las capas de sonido se superponen sin llegar a cargar excesivamente el ambiente, combinándose con la curiosa voz de EMA. Un disco que aparentemente puede pasar desapercibido pero poco a poco te va metiendo en un bucle de sentimientos del cual es difícil salir.
Y es que la crudeza de sus guitarras, el sonido que consigue sacar los sintetizadores y el ruidismo que se aprecia en la ópera prima de EMA no es fácil de encontrar aunque las comparaciones con Fever Ray, PJ Harvey o Yeah Yeah Yeahs (en su vertiente menos punk) se empiezan a oír.
Una apuesta arriesgada y atípica la de EMA que se ha convertido de la noche a la mañana en uno de los iconos hipster con un disco que si se le pilla el punto puede llegar a ser imprescindible.
“The grey ship…”