Email marketing, ¿para que?
Hace un par de semanas quedé con un amigo, de hecho es de las pocas personas que considero amigo, y a pesar de que nos dedicamos los dos a estos temas de la tecnología y que estamos en contacto por todas las vías posibles, la conversación cara a cara sigue teniendo unas cualidades que no podrán ser sustituidas.
No me entendáis mal, a nivel profesional y de gestión, la tecnología es un avance considerable y facilita la comunicación. De hecho, permite mantener viva redes que antes nos era imposible gestionar. El problema que veo es que estamos dejando que la tecnología se apodere de la parte humana, que usamos los sistemas no para comunicarnos e interactuar con otros sino para enviar mensajes estandards.
Parece mentira que a día de hoy, me sigan llegando mensajes que son producidos de forma tan blanca, que no se si están dirigidos a mi o a la vecina del tercero, que no sabe quién soy -a pesar de tenerme como contacto- y que carece de todo toque humano, convirtiendo lo que podría ser una solución para interactuar, en una pesadilla de mensajes, notificaciones y avisos.
Hemos de empezar a pensar como usamos las herramientas, hemos de ponernos en la piel de la otra persona. Sino lo conocemos, usar una estrategia masiva no será la mejor herramienta para intentar establecer lazos, hay que personalizar más, y si es necesario, escribir los mensajes uno a uno. Si, hay que seguir usando sistemas de tracking para ver la eficacia, pero centrarse cada vez más en la persona y no en la segmentación de la base de datos.
Soy consciente que la personalización tiene un coste elevado, sobretodo en recursos humanos que es precisamente lo menos escalable de todo. Si necesitas más potencia puedes comprar más máquinas, más software, pero para estos menesteres necesitas personas, gente que sepa pensar, sepa comunicarse, y esto no es comprar tres y enchufarlos, es un proceso caro y lento. La ventaja que te dan es que las relaciones que se establecen son más largas, son más auténticas, y la confianza es más solida.
No tengo datos sobre el ROI que puede representar, quizás sea una decisión estúpida desde un puro de vista empresarial y quizás no, pero acabará llegando el momento que se convertirá en la única solución viable. Más allá de los despistados que se emocionan con cualquier correo, tendremos que afinar más para crear canales de conversión, y no lo conseguiremos con la última versión del software, sino con la mejor versión de las personas que trabajan cara al cliente.
Película: Kôkaku Kidôtai
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