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Como ya he contado anteriormente en el blog fui una mamá adolescente, por partida doble se puede decir, uno por loca básicamente, y el segundo buscado y mucho más consciente. También les he contado sobre mi embarazo y nacimiento de mi mayor, pronto hablaré del segundo pues aunque también fue una cesárea, la situación nada tenía que ver con la primera.
Hoy desde mi experiencia y vivencias quiero lanzar unos consejos que igual pueden ser útiles para el que se encuentre en esta situación. Unos consejos que no van dirigidos a la futura mamá (más adelante intentaremos dar otros para ellas), sino que son principalmente para los futuros abuelos o las personas que conviven y rodean a la embarazada adolescente. Porque el entorno es de lo más importante en ese momento para la futura mamá, y el apoyo juega un papel muy muy grande en esos momentos y pueden condicionar todo lo que vendrá a continuación.
Para empezar, debe ser muy duro conocer la noticia de que tu niñ@ (pues para las madres nunca dejamos de ser niños) va a convertirse en padre o madre a tan temprana edad. Nosotros que ahora sí conocemos lo que ello supone podemos encontrarnos contrariados, asustados, enfadados… y todo ello es muy normal, la pregunta ¿y por qué tenía que suceder con todo lo que hemos hablado? Seguramente rondará más de mil veces en nuestra cabeza, pero no podemos olvidar que ya está hecho, que ya es una realidad y darle vueltas a eso no sirve para nada ya que no nos aportará una solución. El enfado en estos momentos no ayudará, y aunque es normal que lo podamos sentir y lo expresemos en un inicio no será bueno “castigar” al adolescente mostrándolo diariamente y que se prolongue en el tiempo.
Es hora de pararnos a valorar y de sentarnos a hablar sobre qué va a suceder. Aunque sea nuestro hij@ y esté bajo nuestro techo no debemos olvidar que la personita que se está gestando es el hij@ de nuestro hij@ y no debemos obligarles a nada que no quieran hacer por nuestras ideologías. El respeto debe primar en estos momentos y no interferir en la decisión de la pareja, pero tampoco debemos hacerles ver que pueda ser un camino de rosas. Será positivo que de antemano cuenten con una charla sincera sobre lo que puede suponerle ser padres, sin adornos, pues si deciden tener a la criatura pronto se lo encontrarán de lleno.
Si la pareja decide seguir adelante asumiendo la m(p)aternidad, sólo nos queda darles nuestro apoyo. Ahora debemos intentar crear conciencia de que ya no es nuestra pequeña (aunque siempre lo será) pero el trato debería dejar de ser “infantilizado”. No la agobies ni la acoses con consejos que no darías a cualquier amiga embarazada simplemente por el hecho de ser tu hija. Ella ya está lo suficientemente agobiada y asustada con su nueva situación, y si bien una embarazada adulta con un embarazo deseado lo puede asumir desde el segundo 2, una adolescente necesitará unos meses para que su cabeza pueda tener cierta normalidad y hacerse con la situación. Ayúdala a encontrar buena información y buenos contactos con los que pueda compartir y adquirir seguridad, anímala mucho, pues ella, como todas las madres podrán hacerlo bien, aunque en ese momento crea que no es así.
No alimentes comentarios ni cotilleos sobre el embarazo. No la ridiculices hablando del asunto ni lo muestres como algo negativo. Esos comentarios pueden llegar a hacer mucho daño y hacer dudar a la futura mamá sobre su capacidad para ser madre por ser tan joven.
Ayúdala a prepararse para el parto. Guíala en busca de informaciones buenas y veraces que la ayuden a asimilar de antemano el proceso que le tocará vivir. Háblale de los beneficios de la lactancia materna si tú diste el pecho, y si no busquen juntas, también les servirá para unirse más en esos momentos. A una adolescente todas estas cosas tan normales le generan dudas y miedo, sobre todo a pasar dolor. Ayúdala mucho en ello.
Aconséjala también para que en las consultas médicas no sea infantilizada por su edad. Por propia experiencia puedo decir que en estos casos te restan mucha importancia por tener una edad más corta de la normal para ser madre, y se permiten el lujo de hacerte de todo sin siquiera informarte. No te dan opciones a decidir. Cuida este aspecto para que se pueda sentir respetada y segura, pues si bien una mujer embarazada en edad adulta se apoyaría mucho más en su pareja para todos estos temas, una adolescente seguirá necesitando muchísimo más a su familia.
Pero sobretodo, no olvides que la edad no es tan importante en este momento. Serán primerizos como cualquier otra pareja y tendrán mucho que aprender. Aunque tuviesen 30 años no hubiesen sabido qué hacer o cómo reaccionar en algunas cosas. Ser padres es un aprendizaje diario que no terminará nunca.
publicado el 03 abril a las 05:46
esta es la supuesta alejandra paredes o jennifer gonzales