El otro día, volví a casa a ver a mis padres por el fin de semana y aproveché también para reencontrarme con ex compañeras del colegio secundario a las que hacía algunas semanas que no veía. Me llevé una gran impresión cuando una de mis amigas entró a casa con su prominente barriga de ocho meses. No es que yo no lo supiera ya, pero vamos… aún me cuesta creer que ella vaya a ser madre a los 20 años.
Durante los cinco años que pasé en el colegio secundario, hubo alrededor de 15 adolescentes embarazadas, 8 de las cuales fueron compañeras mías de salón. Yo me pregunto, ¿qué está sucediendo?El pasado 29 de septiembre fue el Día Mundial de la Prevención del Embarazo Adolescente y sé que en la salud pública, al menos en mi país, se trabaja fuertemente para evitar que esto suceda, pero aún sí, parece que nada es suficiente. Los nacimientos de niños de madres menores de 19 años representan casi el 15% de los nacimientos en total.Mi mamá trabaja en un hospital público, por lo que sé de buena fuente que cualquier hospital público del país da preservativos y pastillas anticonceptivas de forma totalmente gratuita. No sé si es que los adolescentes no tienen esta información en sus manos o no saben utilizarla con responsabilidad, pero la realidad es que muchas chicas jóvenes, que aún no han acabado el secundario, terminan con un embarazo no deseado.Creería que lo peor no es acabar criando a un niño. No tengo nada en contra de ser madre, es más, en un futuro deseo tener hijos. No, lo más terrible es saber lo que algunas adolescentes al quedar embarazadas son capaces de hacer. Aunque les parezca irreal, muchas de ellas se realizan abortos clandestinos que pueden causar severos daños a su salud o incluso llevarlas a la muerte.Creo que los adolescente tenemos (me incluyo dentro de ellos) cierta tendencia a pensar que las cosas no pueden sucedernos a nosotros y, por ello, no nos preocupamos de cuidarnos. Pero estamos equivocados, porque como dice el dicho es “mejor prevenir que lamentar” y trabajo de toda la sociedad, no solamente de los adolescentes, el trabajar para que esto no suceda: informando, conscientizando y, por sobre todo, no mirando hacia otro lado.