Hace ocho años, me casé, tardamos casi cuatro años en tener a mi princesita. Os puedo asegurar que fueron cuatro años largos, larguísimos, montada en una montaña rusa de emociones.
Y digo montada, sí, en singular, YO, porque quieras o no las que peor lo llevamos pienso que somos nosotras.
Ellos no pasan todos, todos, los meses por el mal trago de que tu quieres que no te llegue el período... pero llega, un mes, y otro mes, y otro .... y se lo comentas al médico, y te dice que hay que esperar por lo menos un año, pero es que se te pasa ése año y luego tienes que esperar para hacerte las pruebas pues como otro año o año y medio más, y claro si te has decidido a tener un hijo a los treinta, con las esperas ya te has puesto en los treinta y dos, y no sabes cuánto más tardará, y te agobias, porque tu idea era ser madre, no abuela, y por razones que no vienen ahora al caso ya lo habías pospuesto, y ahora te das cuenta que esto llega... cuando llega... que las prisas muchas veces no son buenas...y pensarlo tanto a veces tampoco.
Y de repente ves que la fecha de tener que ir a hacer las dichosas pruebas ya llega y entonces...sucede que.....ZAS... embarazada, y piensas... ¿no será que ahora me he relajado? ¿no será que daba tantas vueltas al tema que todo era de cabeza?.
Me relajé pensando que pasaría en dichas pruebas... ABSURDO ¿no creéis?.
Por eso cada vez que tengo alguna conocida, amiga o me cuentan algún caso similar, me solidarizo, ufff... no sabéis hasta que punto puedo entenderlas, cuando deseas algo con tanta fuerza y no llega.
En fin os puedo dar un consejo, si me lo permitís:
NO OS COMÁIS LA CABEZA, R E L A J A R O S, porque en mi opinión como ya os he dicho, muchas veces no viene porque no dejamos que venga, ja,ja,ja.
Mi niña la tuve con 34 años. Dos años y medio después, (este vino a la primera de cambio) llegó mi principito, sin darnos tiempo siquiera a pensarlo dos veces. Tengo 38 años y para nada me siento abuela, ja,ja,ja. Tener niños a estas edades, tiene eso de bueno, que nos rejuvenece. Y si no no tenéis mas que mirar la foto. ¿No merece la pena? Aunque tarden.
Otro día os contaré la odisea de la llegada de mi pequeña a este mundo, fué tan largo que se merece otro post. ;-)