Revista Política

Emiel Pauwels

Publicado el 19 enero 2014 por Alejandropumarino

Emiel Pauwels

Emiel Pauwels, en la carrera de veteranos en Alemania, donde fue tomada la fotografía –y que ganó, por cierto- decidió terminar con su vida a los 95 años de edad, antes de seguir adelante con una enfermedad terminal –cáncer de estómago- que le impedía correr y llevar una vida con cierta calidad. En Bélgica, donde murió el atleta, está permitida la eutanasia bajo ciertas premisas que se cumplían en este caso; así, desde la tranquilidad, tras haber celebrado una fiesta y despedido de los suyos, una inyección letal terminó con su vida.

Estremece el relato de este nonagenario deportista, que decide libremente no enfrentarse al dolor y la depauperación propias de su enfermedad de base, tanto como la impotencia de los médicos cuando el diagnóstico del paciente no solamente es irreversible, sino que solamente podemos ofrecerle un tratamiento paliativo de los síntomas, sin visos de atacar la enfermedad de base, resistente a todo tipo de terapia. En nuestro país está permitida la sedación, eufemismo de una eutanasia encubierta, en la que un cóctel de opiáceos, neurolépticos e hipnóticos desconectan la conciencia del paciente de un fin próximo que sobreviene inexorablemente, acompañado de un sufrimiento de todo punto de vista innecesario. La diferencia estriba en que, las más de las veces, el propio interesado ignora que está siendo sedado para alivio de sus últimos dolores, y que el fin se avecina mucho antes de lo que cualquiera pudiese imaginar, que siempre es lejos. Disponer en plena conciencia del día y hora de la propia muerte precisa otro tipo de mentalidad, una diferente disposición espiritual antes de enfrentarse al más terrible y último de los pasos, que es el de nuestro propio final. En España somos más viscerales y un anciano descerraja un tiro a su esposa, enferma y demente, a la que ya no puede cuidar, antes de suicidarse, para que después los medios de comunicación lo publiquen como violencia de género y se vendan más periódicos. Da qué pensar.


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