–«Ese vago resplandor». ¿Añora los tiempos de gloria, fama, etc.?
–No puedo añorarlos, no existen, no existieron. Nunca busqué ni obtuve gloria ni fama.
–Parece que últimamente prefiere escribir más que actuar...
–Así es. Pero no rechazaría interpretar cualquier proyecto interesante.
–¿Escribir le resulta más satisfactorio?
–Escribo porque anhelo comunicar fantasías, vivencias y descubrimientos.
–Su protagonista es una vagabunda. ¿Le gustaría serlo?
–Disponiendo como ella de techo, cama y libros, se me antoja una vida macanuda.
–Quizá la felicidad consista en tener mucho o en no tener nada...
–Ni idea. En «Wall Street 2», le preguntan a un tiburón financiero que cuánto dinero más necesita arramblar para dejar de crujir al personal, y responde: «Más y más y siempre más».
–Puede que también consista en no desear nada. ¿Usted desea mucho algo?
–Que mi novela sea leída más, y más, y siempre más.<
–Dicen que 2012 será peor que 2011. ¿Está preparada para ser más pobre o ya no tiene ese problema?
–Sí, tengo ese problema e intento prepararme para ser más pobre.
–Narra la historia de una mujer nacida en la posguerra, hija de una familia burguesa catalana adscrita al bando vencedor. Se parece a usted...
–En lo que escribo, casi siempre revelo parte de mí.
–Una mujer que participa en el Mayo del 68. Usted estuvo allí. ¿El 15-M le ha recordado al Mayo francés?
–En algunas ocupaciones y manifestaciones, sí.
–¿Qué le indignaba en el 68?
–Lo poco que informó del Mayo francés la Prensa española. Y lo poco que se ofreció fue sesgado.
–¿Y qué le indigna ahora?
–Que los estados no quieran controlar los mal llamados mercados. Y las condiciones para comprar deuda pública del BCE, que son un ataque frontal a las clases populares y a su Estado del Bienestar.
–Lucía Etxebarría dice que siempre liga en las manifestaciones...
–Yo no ligo con nadie en concreto, me «enlazo» con toda la manifestación.
–Una pena que ese enlace no salga en «Hola»...