“El mundo empieza cuando ya no se puede retroceder” la frase es de un gran escritor polaco, Witold Grombrowicz (que quedó varado en Buenos Aires por accidente y terminó viviendo veinticinco años entre nosotros), pero bien podría ser el lema de Max, el protagonista masculino de La suerte de Emma. En los primeros minutos de película Max se enfrenta con un umbral decisivo: tiene cáncer de páncreas y los días contados; la vida para él se convierte en una fuga hacia adelante. Deja su empleo en una concesionaria de autos, compra un pasaje para México, roba el dinero negro de su socio y se escapa; pero sufre un accidente en el camino y cae (con coche robado y todo) en la granja de Emma.
La suerte de Emma es la historia del encuentro de dos solitarios, dos desubicados, dos outsiders. Él, Max, el condenado a muerte; ella, Emma, una mujer de campo arisca, intransigente, un poco embrutecida por los años que lleva conviviendo con el plantel de cerdos y lechones que cría en la granja. Un encuentro fortuito, es decir a la vez milagroso y necesario, porque aunque son distintos (tanto como el agua y el aceite) uno tiene lo que el otro necesita: Emma tiene el capital de amor acumulado que Max precisa para vivir feliz sus últimos días y Max tiene el dinero que Emma necesita para evitar que le rematen la granja.¿Cómo hacer comedia con el drama de una enfermedad terminal? Ese es el desafío que parece haber aceptado Sven Taddicken , el director de La suerte de Emma y la respuesta es inventando un tono, es decir una manera de modular lo más desolador de la experiencia humana hasta destilar la gracia, la risa y aún el delirio que acechan en ella, La suerte de Emma trabaja ese tono sin sobreactuarlo nunca, apoyándolo en una corte de personajes laterales dignos de los hermanos Cohen. No esquiva el dolor, no nos ahorra la crueldad ni la desesperación, pero como en el cine de Percy Adlon o Doris Dorrie (colegas alemanes cuya sombra planea sobre el film de Taddicken): dolor, crueldad y desesperación no son destinos sino fases, momentos de una fábula que se apoya en ellos para celebrar el azar increíble de un encuentro amoroso.Presentación realizada por Alan Pauls el 18 de abril de 2012 en Primer Plano I.Sat, en el ciclo especial Fuera de ley.