Emociones del cuidador: Miedo

Emociones del cuidador: MiedoDicen que el miedo es libre, y así es. En realidad el miedo es una emoción adaptativa, la necesitamos para estar alerta ante ciertos peligros y poder huir o defendernos. Hace que estemos preparados. En cambio, hay miedos que atormentan, que no dejan vivir, y que vienen desde un pensamiento irracional o desde el desconocimiento e incertidumbre.Es común que las personas cuidadoras de pacientes con demencias experimenten miedo, ya que se trata de una enfermedad incierta, tremendamente variable y desconcertante. Escuchan y leen acerca de síntomas que podrían darse, o no. Les informan de una evolución típica de la enfermedad, pero con el aviso de que no tiene por qué ser así. Aprenden técnicas para controlar los síntomas, que dependiendo de cada paciente darán o no resultados. Toda la enfermedad en sí supone incertidumbre, y cuando las personas no tenemos certeza de algo experimentamos inseguridad. Si no estoy seguro de mí mismo, de lo que debo hacer, de cómo van a suceder los acontecimientos, de en qué se transformará mi vida, probablemente tenga este asunto en la cabeza el suficiente tiempo como para impedirme hacer una vida normal. El desconocimiento puede conllevar la anticipación negativa de acontecimientos. “¿Y si no lo hago bien?”, “¿Y si no soy capaz?”, “¿Y si se me va de las manos?”, y con todo ello, el miedo.
La mejor arma para atacarlo es la razón. Tomar conciencia de la situación, pararse a pensar, buscar ayuda y permitirse tener todos esos pensamientos y sentimientos. Me permito porque esta situación no es normal, pero pienso en cómo enfrentarme a ello para que desaparezcan cuanto antes.¿Para qué sirve el miedo entonces? ¿Para paralizar?, muchas veces sí. Por ello deberemos tomar conciencia de la situación cuanto antes y tomar el otro camino, el de reaccionar.Por ello, siente, párate, piensa y reacciona.