Revista Infancia

Emociones negativas ¿Cómo ayudo a mi hijo a manejarlas? (Parte I)

Por Mamapsicologain @mamapsicologain
Todos, sin excepción, nos enfadamos o hemos sentido la punzada de la rabia, la ira, la indignación, el coraje o llamémosle con el sinónimo que queramos,  todos nos enfadamos aunque a algunos no les guste reconocerlo.
niña sobre hierba llorando

Pero los niños pequeños, en particular, se enfadan mucho y tienen reacciones muy fuertes ante cualquier hecho que les disguste, contradiga o frustre. Esto es así porque son seres en formación que aún no disponen de la capacidad suficiente para canalizar sus emociones. Será tarea nuestra, de los padres, enseñarles poco a poco a expresar sus emociones negativas de un modo más controlado, evitando que aparezcan problemas debidos a su conducta.

La ira, es una emoción que surge como respuesta a la pérdida o por el estrés real o imaginario que causa la idea de pérdida. Se produce cuando el niño o la persona adulta siente amenazada, de forma real o imaginaria, su autoestima, cuerpo, sus bienes o valores. A menudo es una reacción típica cuando nos sentimos incomprendidos, frustrados, heridos, rechazados o avergonzados. Se trata de una emoción primaria, instintiva que se presenta cuando nos vemos amenazados por algún peligro o bloqueados en la consecución de una meta o satisfacción de una necesidad.

Si nos fijamos bien habremos observado que nuestros hijos, niños pequeños y no tanto, a menudo culpan a otras personas o situaciones durante sus explosiones de enfado o ira en lugar de asumir la responsabilidad por ello. Debemos enseñarles también a asumir las consecuencias de sus conductas y a admitir que en muchas ocasiones los demás no son los culpables.



Cuando los niños expresan su ira de un modo inadecuado (pataleando, mordiendo, gritando, ...) puede significar que carecen de habilidades para lidiar con sus emociones de manera positiva.

Cómo podemos ayudar a nuestro hijo a manejar sus emociones negativas

Para ayudar a los niños a ser emocionalmente competentes para que estén listos para aprender, necesitamos, como educadores que somos ayudarles a:
  • Comprender su ira y las emociones de los demás.
  • Desarrollar habilidades positivas de interacción social.
  • Darse cuenta de que ellos son responsables de las decisiones que toman.
  • A aprender cómo expresar la ira de manera que no sea perjudicial para ellos mismos o para otros.

¿De qué manera podemos hacerlo?

En primer lugar siendo un buen modelo a seguir, es decir, no explotando también cuando este entrando en un berrinche y tener en cuenta que debemos intentar siempre
  • Acentuar las fortalezas de cada uno de nuestros hijos.
  • Ajustar nuestras expectativas al nivel de desarrollo de nuestros pequeños.
  • Proporcionarles un ambiente seguro, sensible y predecible.
  • Dejar de vez en cuando que tengan la oportunidad de tomar algunas pequeñas decisiones.
  • Enviar mensajes congruentes, honestos, asegurándose de que nuestras palabras coinciden con nuestras expresiones faciales y el lenguaje corporal.
  • Ser justo, solidario, firme y consistente. Nunca ridiculizarle.
  • Reconocer siempre el comportamiento apropiado.
  • Utilizar juegos de rol, títeres o vídeos para enseñar habilidades sociales. Por ejemplo, cómo tratar a los demás o cómo resolver los desacuerdos.
  • Involucrar a nuestros hijos, en la toma de normas tales como:
    • Somos amables unos con otros.
    • Escuchamos a los demás
    • Utilizamos el autocontrol
    • Trabajamos las diferencias pacíficamente.
  • Tener reglas claras y seguir adelante con consecuencias significativas apropiadas a la edad del niño.
  • Ser consciente de los signos no verbales que nuestro hijo nos está enviando cuando está enojado como una cara roja, tensa los músculos o los puños apretados.
  • Entender que los dolores de cabeza de un niño, el malestar estomacal, o comportamiento retirada pueden ser un síntoma de la ira reprimida.


photo credit: beelerspace via photopin cc


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