Después de haber tenido una serie de días grises, de cansancio acumulado y sentimiento de poca productividad, decidimos que, aprovechando la última visita a la enfermera para vacunar a Bichito, le diríamos cómo teníamos que hacerlo para empezar con la alimentación complementaria.
Sí, Bichito solo tiene 5 meses. Se recomienda lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses. Lo sé. Pero llegué a un punto en el que necesitaba delegar, que maridín pudiese darle un biberón de cereales a la hora de acostarlo para yo poder liberarme un poco.
Esa era la idea. La realidad es otra.
La enfermera nos dijo que, en lugar de empezar con cereales, ¿por qué no empezábamos con fruta? Y nos quedamos un poco en plan, “ya, ¿y por qué no?”
Nos explicó una movida de los niños de países tropicales que comían mucha fruta y a lo largo de su vida no tenían problemas para comer fruta y que los de aquí estaba demostrado que les costaba mucho más. Entre pitos y flautas, salimos de la consulta sabiendo que empezaríamos las meriendas con fruta.
Claro, lo fácil es hacer la súper mezcla de manzana, pera, plátano y zumo de naranja y batirlo todo. Bien líquido y fácil para los bebés. Pues no me gustó nada dárselo tan líquido. Probé un día a asar una manzana y machacarla con el tenedor y otro a triturarlo todo bien líquido. Creo que ambos disfrutamos más con la versión en grumitos, y así lo estamos haciendo.
Primero probé cada fruta por separado durante 2 o 3 días, y ahora ya, voy mezclando. Incluso voy más allá de esas 4 frutas que me dijeron, porque Bichito puede comer muchas más. Le dimos un poco de sandía que le gustó muchísimo, y hoy voy a la frutería a hacer la compra otra vez.
Probaré con el Baby Led Weaning este tan famoso cuando Bichito se sostenga perfectamente sentado, pero tampoco voy a ser muy radical. Aunque también me da pánico-terror que se pueda atragantar, todo hay que decirlo.
Dispongo de los 3 meses de verano para acostumbrar a Bichito a los nuevos horarios de la guardería, en cuanto a comidas y siestas se refiere, pero de momento empezamos con fruta. Ya os contaré más.
Joder, solo de pensar que se tendrá que dormir sin la teta, me provoca una sensación de angustia… e imaginármelo llorando… ay no no, ¡no quiero pensarlo todavía!
¿Cómo fue el inicio de la alimentación complementaria con vuestros bebés? ¿Qué sois, de papillas o grumitos? ¡Contadme!