Parece que fue ayer cuando Bicho nació.
Pero solo parece. Dentro de aproximadamente 15 días, Bicho cumplirá 6 años.
Hoy es 15 de septiembre, hace 3 días que empezaron las clases en mi comunidad. Mi hijo ha pasado a 1o de Primaria. Hemos dejado atrás el edificio de infantil, y nos hemos preparado durante 3 meses para ir al cole de mayores, como él dice. Un pabellón diferente, con profesores y espacios diferentes, con dinámicas diferentes, y con compañeros diferentes (han mezclado grupos).
Bicho está emocionadísimo, claro. Yo, como madre, tenía mucho miedo al cambio. El cambio se ha dado bien (he tenido la suerte de que el colegio ha hecho lo suyo), y ahora, tengo miedo a su evolución durante este año. Y durante los que vienen. Una madre no para de sufrir nunca, por desgracia, y esto lo estoy viviendo en mis carnes…
Tengo un nudo de ideas, de miedos, de preocupaciones y de satisfacciones en mi cabeza. Ahí, todo enredado, sin saber de qué hilo tirar ni cómo deshacer todo esto. El tiempo lo hará, supongo. Pero la necesidad de toda madre de tenerlo todo controlando me está empezando a consumir.
Esto se agrava con la condición de Bicho. Bicho es TEA, y como buen TEA, no funciona igual que «la mayoría». Está inmerso en un grupo normotípico y este año le han quitado apoyos (porque en verdad ya no los necesita, por suerte, pero el miedo a que no se aclare, o a que no siga el ritmo de clase, está ahí). Por mucho que no quiera, que no me apetezca, que no me venga bien… una madre de un niño con Necesidades Educativas Especiales tiene unos miedos contra los que es muy difícil luchar y de los que no puede deshacerse de la noche a la mañana. Y a estos miedos se le une la incomprensión, el vacío. Porque los nuevos compañeros de Bicho ya tienen una edad en la que comprenden las diferencias entre unos y otros, y quiera o no, sé que para ellos Bicho es un poco raro. Y cosas como el buylling y demás me pueden quitar el sueño. No sé si hay alguna mamá por aquí que me comprenda.
Hoy, además, hemos recibido los libros. De 1o de Primaria, ni más ni menos (todavía no me hago a la idea). Bicho ya tiene asignaturas, y vaya asignaturas. Los he hojeado por encima y, aunque sé que mi hijo puede llegar a todos los objetivos marcados, tengo dudas acerca de si lo puede lograr con el método propuesto. Me tranquilizo al pensar que confío totalmente en la maestra (la conozco personalmente) y creo que hará un trabajo excepcional (soy capaz de poner la mano en el fuego por ello).
Bueno. Imagino que estos miedos son típicos de todas las familias durante los primeros días de cole. Pero a mí me consumen. Además Bicho no expresa demasiado. Así que solo me queda tirar de mi intuición y de la información que voy recogiendo de terceros.
Ya veis; por muy normalizada que una familia tenga un diagnóstico, nunca se deja de sufrir.
Nos lo tomaremos con filosofía. No me queda otro camino.
¡Gracias por vuestra atención!