
Después de leer Westwood, lectura que no me terminó de convencer del todo, me apetecía volver a leer una historia ambientada en época de guerra con las que suelo disfrutar bastante, así que, cuando vi La luz que no puedes ver de Anthony Doerr me animé a cogerlo prestado en la biblioteca. Eso sí, esta vez no voy con las expectativas demasiado altas porque hay opiniones para todos los gustos respecto a este libro. A mí, de momento, me está gustando.
Marie-Laure vive con su padre en París, cerca del Museo de Historia Natural, donde él trabaja como responsable de sus mil cerraduras. Cuando, siendo muy niña, Marie-Laure se queda ciega, su padre le construye una perfecta miniatura de su barrio para que pueda memorizarla gracias al tacto y encontrar el camino a casa. A sus doce años, los nazis ocupan París y padre e hija tienen que huir a la ciudad amurallada de Saint-Malo. Con ellos se llevan la que podría ser la más preciada y peligrosa joya del museo.
En una ciudad minera de Alemania, el joven huérfano Werner crece junto a su hermana pequeña, cautivado por una rudimentaria radio que ambos encuentran. Werner se convierte en un experto en construir y reparar estos aparatos cruciales para los nuevos tiempos, un talento que no pasa desapercibido a las Juventudes Hitlerianas.
Siguiendo al ejército alemán, Werner deberá atravesar el corazón en guerra de Europa. Hasta que en la última noche antes de la liberación de Saint-Malo los caminos de Werner y Marie-Laure por fin se crucen. Y sus vidas cambien para siempre.Esta es la lectura que me acompañará en el fin y comienzo de año. Y a vosotros, ¿qué libro os acompaña en estos días?
