El Diario de Cádiz se hacía eco de la siguiente noticia.
Una asociación gaditana de atención a personas sin hogar ha gestionado una ayuda alimentaria que ha consistido en repartir la donación anónima de comida destinada a personas con bajos recursos.
Una acción loable que, sin embargo, ha disparado las críticas por las formas en las que se ha ejecutado dicha iniciativa social.
Ayudar a quien lo necesita
En momentos de crisis son muchas personas las que ceden recursos para colaborar con asociaciones y organizaciones del tercer sector. Ayudas que en multitud de ocasiones son un gran alivio para este tipo de entidades que deben enfrentarse a numerosos retos con enormes limitaciones.
Las concesiones de estas ayudas suelen asignarse respetando unos criterios objetivos que permiten garantizar la equidad y la igualdad de oportunidades y, sobre todo, respetando la dignidad de las personas.
Caridad vs Bienestar Social
La caridad es un concepto -con un gran componente religioso- tras el que subyace la idea de ayudar de manera aleatoria, puntual y paternalista; convertir a las personas en pobres pobrecitos, arrebatándoles el estatus de ciudadanos con derechos que se les otorga desde el bienestar social.
La acción social dentro del Estado de Bienestar no solo dignifica a la persona que tiene dificultades sociales y económicas, también promueve una labor transformadora con un gran componente social y un importante valor de la participación, el empoderamiento y la implicación individual.
Dignificar la pobreza
Considerar a las personas como seres con derechos, merecedoras de respeto, pertenecientes a una sociedad donde no te conviertes en ciudadano de segunda por carecer de recursos y luchar para que así sea, forma parte de nuestra labor dentro del trabajo social. Dignificar la pobreza y desestigmatizar sus consecuencias, algo clave en nuestro Estado de Bienestar.
Desconozco las razones, argumentos y verdades tras la noticia. Sin embargo, es importante destacar ciertos hechos que invisibilizan la línea que separa la ayuda profesionalizada de la mera caridad.
Reunir en una de las plazas de la ciudad, punto neurálgico de la capital, a un centenar de personas; repartir bolsas de comida en orden de llegada sin atender a ciertos requisitos básicos; declamar que es para personas necesitadas; usar la aleatoriedad como método de trabajo e incentivar la picaresca... podrá sustentarse en solidaridad, bondad y altruismo, pero dibuja una imagen dantesca donde se banaliza la pobreza y se prioriza quién ayuda en lugar del auténtico objetivo. O lo que es lo mismo... empobrecer la pobreza, instagramear la acción social.