¡Emprende tu vida!

Fuente: http://www.actiludis.com/?p=12196
Ayer Pablo Duque escribió una entrada en su blog que me pareció redonda, y que compartí por todas mis redes sociales.
Personalmente me atrapó esta cita: 

" ... tienes dignidad y puedes ofrecer al mundo TODO TU POTENCIAL. Y si te quedas cocinando, haciendo recortables, etc., “porque es lo que me permiten”, lo que muestras es muy sencillo: tu consideración sobre ti mismo es pésima. "

Y casualmente me encuentro esta mañana con este otro post de Alejandro Suárez en el que desde otra perspectiva el fondo es el mismo:

" No puedo evitar pensar que es un discurso fácil echar la culpa al empedrado, y que hace quedar bien al que lo recita, pero que es a todas luces injusto: el que está en el sofá viendo Gran Hermano es porque quiere. Hay alternativas, pero hace falta valor y sangre en las venas para levantarse, no sucumbir al derrotismo e ir a buscarlas. Y hay gente joven que sí lo hace cada mañana. "

Ambas entradas, la primera desde la perspectiva del que trabaja, y la otra desde la persona parada (que no es lo mismo que estar en el paro) hablan de lo mismo: MIEDO. He pasado por las dos visiones y la solución es la misma: enfrentarse a ese miedo saliendo al mundo y luchando por lo que uno sueña.

El miedo a buscar lo que nos haría felices, el miedo a intentar por todos los medios alcanzar nuestros sueños y... el miedo a que se vean cumplidos. Porque cuando se cumplen los sueños surgen otros que alcanzar y volvemos a empezar.

Hace unos meses os anunciaba que comenzaba una nueva andadura para trabajar por cuenta propia y en ella sigo, caminando despacito, dando pequeños pero seguros pasos. Preparando el terreno para lanzarme y espero dar la sorpresa antes de que termine el año (y hasta aquí puedo leer jejeje).

Al principio yo también estaba aterrada: ¿y si sale mal? ¿y si no encuentro clientes? ¿y si agoto todo mi colchón y no lo he logrado? Pero al mismo tiempo me contestaba: ¿y si no lo hago? ¿y si dentro de unos años me arrepiento de no haberlo intentado siquiera? Entonces sí que me sentiría como una fracasada de verdad, por haber sido cobarde y preferir quedarme en el sofá esperando que alguien "compre mi CV" en lugar de ser yo quien se lo enseñase a los demás y lo demostrase con mi esfuerzo.

No soy nadie para decir lo que otros tienen que hacer, y este blog no es de coaching ni de emprendimiento, pero me apetece dar un empujón positivo a los que estén pasando por las situaciones nombradas al principio:

Si sientes que no encajas en tu trabajo actual, sea porque no reconocen tu profesionalidad y valía, porque no tienes los recursos que precisas para hacer tu trabajo con calidad o porque tu jefe/a es un cabeza hueca, ¡lo que sea! puedes ir preparando el terreno para salir de allí sin dejar de trabajar. Costará y tendrás que hacer un sobreesfuerzo, ¿alguien dijo que sería fácil? ¿merece la pena por cumplir tu sueño? Si tu respuesta es sí ya tardas en ponerte en marcha. Si tu respuesta es no, visualízate siguiendo en la misma situación dentro de 20 años y vuelve a preguntarte. Si de nuevo tu respuesta es no, puedes dejar de leer.

Si tu caso (como el mío) es que estás en el paro, ¡estás de suerte! (esta chica está loca, ¿suerte por estar en el paro?) Puedes dedicar la jornada completa a prepararte, planificar bien los pasos a seguir, hacer contactos, formarte en todo aquello que no sabes y necesitarás. Y con suerte accederás a alguna ayuda en el momento en que decidas lanzarte. No te hagas ilusiones, no será grande pero es mejor que nada. 

Mi experiencia personal durante todo este tiempo es totalmente positiva: he conocido a muchas personas buenas que están ahí para ayudarte cuando lo necesitas, también he desenmascarado "falsos amigos" que desaparecen en cuanto huelen que les vas a pedir un pequeño favor, he descubierto cualidades en mí que no conocía, lo que ha llevado a encontrar mis defectos y trabajar por pulirlos. En las formaciones que hago aprendo cosas nuevas al tiempo que soy consciente de todo lo que ya sé (lo que ayuda a la autoestima, oye). Y lo mejor de todo: ya no tengo miedo porque no me da tiempo de pensar en él.

Lo esencial es no tirarse a la piscina sin mirar si hay agua: piensa, planifica, ordena, aprende, asesórate con los que saben y trabaja, trabaja, trabaja. Con esos ingredientes y el amor que pongas en cada una de las fases el plato saldrá riquísimo.

Paloma Peña