Fuente Twitter Juan J. Güemes
Ayer por la tarde (en realidad hoy, hace unas horas, en el momento de escribir estas líneas) tuve el enorme placer de asistir, en el Aula Magna de la IE Business School, a la presentación del libro 'Emprendedores sociales' escrito por Ignacio Álvarez de Mon y publicado por LID Editorial en colaboración con IE Business Publishing.Supe hace unos tres meses, por boca del propio autor, de la próxima publicación de esta obra y, desde entonces, esperaba con ilusión el acto de hoy.
Y no me ha defraudado.
Aún no he tenido ocasión de leer el libro, que está en mis manos desde hace apenas dos días, y del cual dejaré trazas, seguro, en este blog, algo más adelante.
Por eso, y más que del libro en sí, quisiera transmitir algunas sensaciones del acto de hoy, sensaciones que tienen que ver sobre todo con las personas, con esa 'compañía' que, jugando con las palabras, he incluido en el título del post.
Porque, lo que más impresión me ha causado han sido las personas.
Acompañaban en la mesa a Ignacio Alvarez de Mon varios personajes relevantes.
Juan José Güemes, conocido por su actividad política pasada pero ahora Director del área de emprendimiento de IE Business School y al que se le notaron 'las tablas' y la experiencia frente al público y ante un micrófono. Rodrigo de Salas, director de comunicación de Leroy Merlin, quien puso de manifiesto una interesantisima actividad social por parte de esta firma que, debo reconocer, desconocía.
Dos grandes personalidades, sin duda, pero me impresionaron más los emprendedores sociales presentes.
Por un lado, David Martin, co-director de Ashoka España, humilde y de expresión pausada, pero con una enorme claridad, voluntad e, incluso, emoción. Por otro, Conchita Galdón, presidenta de Puentes Global y directora del área 31 del IE Business School, plena de lucidez, mezclada con naturalidad y garra en un cóctel más que convincente.
Genial Nuria Coronado, de LID Editorial, editora del libro, quien derrochó pasión, simpatía, saber estar y complicidad con el autor, sin dejar de regalarnos alguna perla mucho más profunda y emotiva.
Y el gran protagonista, Ignacio Álvarez de Mon, de quien admiro, más allá de sus indudables valores intelectuales y profesionales, su elegancia y su bonomía. Fue, claro, directo y pedagógico en su exposición y, al tiempo, estuvo relajado, bromista y dejando espacio también para el lucimiento del resto de ponentes. La elegancia la derrochó a raudales, como siempre, pero además, su condición de 'buena persona', se le reconoció en el acto en más de una ocasión.
No dejé de fijarme, también, en el público, en su actitud e intervenciones. Y, aunque parezca un detalle sin importancia, destacaría que, en el turno de las preguntas, éstas, aparte de interesantes y bien enfocadas, surgieron en un flujo constante no habiendo lugar para los incómodos silencios, rotos por preguntas de compromiso, que en ocasiones similares he presenciado. Y ello me hace pensar en un público, no sólo interesado en lo que estaban oyendo sino, también, altamente cualificado, inteligente y, en ocasiones, apasionado.
A lo largo de las exposiciones y el debate, se habló, por supuesto, de emprendimiento, y también de negocio, de cuenta de resultados, de responsabilidad social corporativa y de sostenibilidad. Pero, sobre todo, resonaron mucho las palabras humildad, valores, ética, ayuda...
Hace ya unos cuantos años, me sentaba yo, entonces como alumno de un Executive MBA del Instituto de Empresa, quizá en el mismo asiento que hoy me ha cobijado en esta presentación. Y he recordado. Y al percibir el talento y nivel intelectual de público y ponentes, al disfrutar de ideas que hablan de negocio y emprendimiento, pero sitúan en un lugar principal los valores y la ética, al vibrar con el rigor, la humildad y la elegancia, pero mezclados con emoción y pasión, he sentido que, esta institución que fuera mi hogar académico hace unos años, aún me presta calor y alimenta mis ansias de conocimiento y liderazgo humano, y quizá debiera frecuentarla más...
Gracias a Ignacio Álvarez de Mon por muchas cosas, no todas aquí mencionadas, pero en este momento, gracias por su libro, gracias por invitarme a su presentación y gracias por permitirme disfrutar de los emprendedores sociales... y de la compañía.