Mucho he proclamado que para que la empresa familiar sobreviva a través del tiempo, cada generación debe aportar valor al negocio. Y, aunque existen diversas maneras de hacerlo-desde reinventar el modelo de negocio hasta formar buenos accionistas que pregunten, aporten y no estorben-, la constante decisiva que las familias empresarias intergeneracionales exhiben en el manejo y conservación de su patrimonio, es el emprendimiento.
Emprender significa " acometer algo que encierra dificultad o riesgo "; tanto es así, que los emprendedores son vistos como "aventureros"; como tomadores de riesgos que modifican el mercado y la sociedad en la que viven mediante la visualización y el aprovechamiento de oportunidades.
En este tenor, estamos acostumbrados a encontrar dueños de empresa que arriesgaron todo para construir sus negocios; no obstante, solamente en contadas ocasiones tropezamos con auténticos emprendedores intergeneracionales-aquellos que habiéndose hecho acreedores a un patrimonio formado (por recepción o adquisición) toman decisiones acertadas en torno a él, logrando nutrirlo y transmitirlo a las siguientes generaciones.
Y es que no es lo mismo, ni se requieren las mismas habilidades para crear un patrimonio (i.e. empresa familiar) que para hacerlo permanecer a través del tiempo. Crear significa perseguir mi sueño, tener libertad económica y tomar decisiones individualistas (soy "yo" únicamente). Perpetuar implica definir un sueño compartido, tener libertad económica acotada, negociar la toma de decisiones y buscar el bien común aún a costa de mis propios intereses (ahora somos vario s).
Y, aunque existen diversas formas de ejercer el emprendimiento (emprendedor de negocios, intra-emprendedor, emprendedor social), cuando hablamos de la empresa familiar multigeneracional, la elección del tipo de emprendimiento está en función del " timing " en que se origina (generación en que ocurre).
Por ello, mientras para una primera generación-fundador-, el emprendimiento está marcado por la creación de una empresa en ámbitos de alto riesgo ( emprendedor de negocios); en una segunda generación-grupo de hermanos-emprender entrañará no sólo mantener el negocio creado anteriormente, sino intraemprender -es decir, desarrollar nuevas áreas de negocio dentro del mismo-apelando a la estabilidad y riesgo moderado.
Por otro lado, en una tercera generación-consorcio de primos-, el emprendimiento incorporará la opción de crear joint-ventures con la empresa original (finalidad: crecer el patrimonio familiar conjunto), pudiendo iniciar nuevos negocios relacionados ( híbrido: emprendedor de negocios e intra-emprendedor).
Finalmente, en una cuarta generación y subsiguientes, el emprendimiento será promovido y apoyado por la familia (fondos familiares), instando a sus miembros a crear nuevos negocios no relacionados y a manejar la empresa familiar original como una inversión adicional dentro del portafolio patrimonial conjunto ( híbrido: emprendedor de negocios e inversionista).
Así que, en resumen: Sin emprendedores intergeneracionales, no hay empresa familiar multigeneracional... Y si no, al tiempo...