Empresarios saqueadores

¿Imaginan partidas de millonarios de Haití o de Chile organizadas para saquear concienzudamente las viviendas derruidas de los pobres afectados por los terremotos? Llevándose lo poco que no ha sido destruido: un sofá aquí, una cama allá, un frigorífico, una televisión de plasma que solo tiene unos leves arañazos. Las clases pudientes de esos dos países, cuyas casas, sólidas y bien construidas apenas han sufrido daños, convertidos en saqueadores.
Es impensable ¿verdad?
Imaginemos ahora a las clases pudientes de este país llamado España, a los grandes empresarios que apenas notan la crisis económica que han contribuido a crear, a los magnates de los bancos y los dirigentes de las organizaciones empresariales. Sentados en sus despachos de las plantas más altas de los edificios más altos. Sonrientes, observando la calle allí abajo, como el halcón otea el suelo en busca de una presa.
¿Qué ven desde su atalaya?
Una masa de parados, de gente desesperada porque ha perdido su empleo y con él su estima, de gente dispuesta a aferrarse a cualquier oportunidad que les permita hacer frente a los pagos de la hipoteca y llegar a fin de mes.
¿Qué piensan ante semejante visión?
Que es una oportunidad única para hacer dinero, que toda esa masa de parados que desea sentirse útil no será muy exigente, que es mano de obra barata, que es explotable y manipulable. Como todo necesitado.
¿Qué proponen, bajo la coartada de solución para acabar con la crisis?
Contratos basura mal pagados sin ningún tipo de derecho para el trabajador y nulas obligaciones para el empresario; sin prestación por desempleo, sin indemnización por despido y sin cotizaciones a la Seguridad Social.
Explotación pura y dura. Robo, atraco. Expolio.Esa es la propuesta de los sinvergüenzas, de los depredadores, de los saqueadores más impresentables que hay en España.
Gentuza sin escrúpulos cobijada bajo las siglas de la CEOE.
La sola formulación de semejante proposición define la repugnante catadura moral de su autor.
¡Váyase a la mierda, señor Cagada!, digo Cavada, vuelva a su túnel del tiempo y regrese al siglo XI, de donde no debió salir, antes de que nos imponga su derecho a desvirgar a las hijas de los parados que cobran subsidio de desempleo.
Esto es lo que buscan los grandes empresarios españoles: el saqueo del país, aprovecharse de la necesidad ajena, rebuscar con avaricia hasta el último céntimo olvidado en el dobladillo de los pantalones de los españoles. 
Sois una raza miserable y ruin.